Derrota por la mínima del Mallorca en Pamplona ante Osasuna después de una primera parte muy igualada y una segunda en la que los locales se mostraron superiores y atacaron más encontrando el premio del gol después de una jugada algo embarullada que terminó Rubén García para poner el 1-0 que a la postre sería definitivo.
Arrasate, que volvió a El Sadar, optó por repetir el once que tan buenas sensaciones dejó ante el Real Madrid y esta vez le salió rana. Su homólogo en el banquillo osasunista premió a Bryan Zaragoza con la titularidad después de los buenos minutos del extremo en la primera jornada.
El partido comenzó con mucha intensidad, como siempre en esta plaza, y los rojillos se mostraban más acertados y ambiciosos. Le costó al Mallorca entrar en el partido y Osasuna empujaba poco a poco hacia la portería defendida por Greif, que no tardaría en tener trabajo y salvar un disparo de Aimar Oroz que le pilló a contrapié y logró rechazar. Lo intentó también el canterano navarro con una falta directa muy cercana, pero su golpeo, violento y al palo del portero, fue repelido por el guardameta eslovaco. A pesar del ímpetu de los locales el Mallorca se fue encontrando con su juego y a través de, sobre todo, Sergi Darder y Muriqi lograban encadenar pases para plantarse en terreno de juego rival. La más clara de la primera parte fue para Asano, que a la salida de un córner recibió completamente solo en el segundo palo, rematando muy mordido y mandándola por encima de la portería que defendía Sergio Herrera. Antes de eso, la volvió a tener Osasuna con un disparo lejano que se estrelló en la madera. Una primera parte llena de ritmo y alternativas que terminó con 0-0.
Tras el descanso y sin cambios en ningún equipo, el Mallorca desapareció del partido y fue un juguete en manos de Osasuna, que sin estar demasiado acertado ni en las combinaciones ni en el remate encontró tras una serie de rechaces un gol que empezaba a merecer. Rubén García fue el más listo de la clase y muy cerca del área pequeña remató casi a placer, flojito, delante de Greif, que intentó achicar todo lo que pudo, para mandar el balón al fondo de la red. A partir de ahí y con el estadio entregado a los suyos Osasuna aprovechó la inercia para buscar un segundo gol que no llegó. Los cambios de Arrasate sirvieron para adelantar las líneas y poco más, los bermellones no estuvieron acertados ni en los pases, ni en los centros ni en la definición y no tuvo opciones de empatar en ningún momento. Al final del partido, un 1-0 para un Osasuna al que le bastó con poquito para doblegar a su exentrenador.
Tendrá que esperar la primera victoria de la temporada por lo menos hasta el martes, donde el Mallorca se enfrenta a un Sevilla en una situación similar, aunque ha dejado buenas sensaciones en sus dos encuentros.