Ya tengo en mis manos Adiós a todo aquello de Robert Graves, una de las autobiografías más importantes de la literatura europea. En este libro, el escritor inglés muestra la necesidad de huir de todo el dolor que vivió y el deseo de ajustar cuentas con su pasado. 

En palabras escritas por el propio Graves veintiocho años después de publicarlo reconoció que «escribí este libro durante una complicada crisis doméstica. Fue mi amarga despedida de Inglaterra, donde recientemente había quebrantado un buen número de convenciones; me había peleado con la mayoría de mis amigos, o ellos habían renegado de mí; la policía me había interrogado por considerarme sospechoso de un intento de asesinato, y había dejado de importarme lo que pensaran de mí».

En aquel momento la escritora Gertrude Stein le dijo: «Mallorca es el paraíso, si puedes soportarlo». Y lo consiguió soportar, desde Deià exactamente. 

Si queréis leer más sobre esta poderosa figura, investigad. O googlead. Que es lo mismo. Pero valdrá la pena.

A lo que voy. 

Hay momentos en los que después de haber sufrido necesitas dejar aquello que te hace daño. Aunque duela. Vamos, que necesitas decir adiós. Como se le dijo a Luis García Plaza antes de que Javier Aguirre salvara al equipo in extremis.

Por eso, no entiendo la efervescente ola que se ha encendido pregonando el fin de ciclo de Aguirre. Y más, después de haber conseguido un buen empate en campo del Cádiz que acaricia mucho la salvación del Mallorca. Otro éxito. Sería el cuarto. En dos años y tres meses.

Hoy no quiero aumentar la lista de elogios hacia Javier Aguirre porque hay un dato que ha dado mal en la última rueda de prensa. Dice que el Mallorca lleva 75 partidos consecutivos sin entrar en descenso. Es mentira. Todavía no ha llegado a esa cifra. Son solo 73 jornadas. Fallo. Garrafal. Imperdonable. Aquí sí se pueden agarrar los detractores del mexicano.

A lo que voy. Otra vez.

No soy Aguirre. Ni sé qué piensa. Ni qué desea. Que haga lo que quiera. Se ha merecido decidir y que todos los mallorquinistas respeten su determinación. 

El problema: he dimitido de entender a los que vociferan reclamando el fin del ciclo del mexicano. Porque un adiós debe darse cuando la situación supera la ejecución o ante grandes cambios estructurales. Eso es.

Los resultados son buenos y encima este verano se ha enfrentado a las bajas de Galarreta y Kang In. Los ha superado. Queda margen de mejora. Pero el ciclo ha arrancado este año. No entendería el motivo del adiós, salvo por el cansancio de Aguirre o alguna otra propuesta atractiva e irrechazable. Ortells pilotará, con merecimiento, varios años más la sección deportiva. Aguirre también los ha hecho, por eso debe seguir si quiere. Ya lo dijo Stein a Graves. Escucha Aguirre: «Mallorca es paraíso, si puedes soportarlo».