Martes 19 de marzo de 2024. 20 días para la gran final entre Athletic Club y Real Mallorca. Después de apenas unas horas abiertas a los abonados, el Mallorca cuenta con 15.000 aficionados que ya tienen su entrada para el partido más importante de sus vidas. Muchos de ellos no han sucumbido al ansía y desespero general y aún no han retirado su entrada, podrán hacerlo hasta el martes que viene, fecha que esperan los no abonados que no han logrado hacerse con una entrada en esta 1ª fase.
Aún así, todo parece indicar que el próximo 6 de abril 20.000 aficionados bermellones coparán su zona asignada en el Estadio de la Cartuja. Después del desespero inicial, con críticas precipitadas al club, que no es una agencia de viajes y del que no depende la venta de entradas (responsabilidad de la RFEF), cabe decir que la gestión de las entradas es, hasta ahora, impecable.
Desde el club se ha priorizado, como no podría ser de otra manera, al abonado y se ha hecho todo lo posible para que aquellos que no pueden desplazarse a la capital andaluza cedan su abono a mallorquinistas que por A o por B no tienen carné. Además, si sobran entradas, el club sigue exigiendo unos requisitos que hacen prácticamente inviable la venta o reventa de entradas a la afición rival, que tiene a más de 20.000 abonados que se han quedado huérfanos de entrada. Si la afición mallorquinista prioriza ceder sus abonos a mallorquinistas o, al menos, a mallorquines, todo aquel que quiera ir a la Cartuja a animar a los de Aguirre tendrá su entrada.
La única nota negativa del día la protagonizan los que, haciendo gala de avaricia y codicia, piden un dinero desproporcionado por ceder sus datos y que otros aficionados se queden con su entrada.
De todas formas, el trabajo del club, tanto para el desplazamiento (recuerdo que no es una agencia de viajes y decenas de miles de aficionados tienen packs gracias al club) como para la venta de entradas es para quitarse el sombrero. ¡Nos vemos en Sevilla!