Jugar sin miedo a perder es el mayor triunfo. Es una victoria antes de que empiece el partido. La falta de presión no impide que el sufrimiento o los nervios aparezcan, sino que habla del mayor éxito posible: una ilusión sin decepción. Eso es. Para los mallorquinistas, Sevilla será la capital del hedonismo el 6 de abril. 

Si nosotros mismos no podemos esperar a que llegue la final de La Cartuja, ¿Cómo lo harán los jugadores? Somos los más impacientes y por eso, las ruedas de prensa de Javier Aguirre son más importantes que nunca, aunque a veces se pase de la raya. 

Su calma, su sosiego y su relativización de la situación es la mejor arma ante la espera de la mayor ilusión sin decepción del mallorquinismo. Jugar sin miedo a perder. Animar sin la consecuencia de una hecatombe. Lo importante es la ilusión. Es hacer castillos de arena en el aire sin caer en la exageración de la derrota. Ya hemos ganado. No pasa nada.

El martes estuve en San Sebastián. Lógicamente, quería que ganara el Mallorca, pero dentro de mí no sentí ese éxtasis que muchos sintieron con la victoria en los penaltis. El Mallorca ya había ganado antes de empezar. De segunda b a la vuelta de semis con opciones de meterse en la final. Ya está. Eso es todo. Eso es la grandeza. Como la de más de 500 personas que acompañaron al equipo.

Entre la niebla y la lluvia del aeropuerto de Bilbao, aprendí que no solo se gana con una victoria. Se vio en el corro que montaron antes de los penaltis. Su victoria fue hacer lo que tenían que hacer. La victoria es el esfuerzo. Continuar. Unas veces se gana y otras se pierde. No pasa nada. Da igual. Lo importante es hacer y llegar. Luego ya decidirá el destino. Esta vez salió cara. Estos piratas modernos ya abordaron antes de la tabla de penaltis y lo divino, les llevó al cielo.

Jugar sin miedo a perder porque la mayor victoria es este mes de ilusión y el resultado da igual. El éxito ya es mayúsculo.

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