Si ayer el Estadio de La Cartuja era protagonista por la clasificación del Mallorca a la final de la Copa del Rey, hoy lo es porque ha acogido una nueva cita con la historia de la Selección española femenina. España recibía a Francia con el objetivo de la clasificación a los Juegos Olímpicos ya bajo el brazo y, de nuevo, volvió a demostrar por qué es la actual mejor selección del mundo. Con una gran actuación, doblegaron a una selección francesa que apenas creó peligro, proclamándose España campeona de la primera Nations League femenina de la historia.
Como se preveía, el encuentro contra Francia demostró ser desde el principio de una mayor dificultad con respecto a la semifinal ante Países Bajos. Las francesas trataron de cerrar el carril central español y, como consecuencia, evitar que futbolistas como Aitana o Jenni Hermoso apareciesen. Aun así, la balón de oro era quien generaba más peligro a través de sus ya comunes arrancadas. El primer gol de España, de hecho, llegaba de sus botas, ya que, después de una buena jugada por zona izquierda, Aitana conseguía rematar en área pequeña y abrir el marcador. Ese primer tanto fue suficiente para irse por delante al descanso.
Para la segunda mitad, Francia necesitaba dar un paso al frente si quería volver a meterse en el partido, pero sus planes se trastocaron gracias a una mallorquina. Aitana recibía entre líneas, Athenea daba el pase atrás y Mariona Caldentey cruzaba el balón para hacer el segundo tanto español. Solo habían pasado siete minutos desde la reanudación y quedaba mucho por delante, pero parecía que España lo tenía todo controlado, con una Cata Coll que apenas tenía que intervenir.
Las buenas noticias, además, continuaron con las 32.657 personas que presenciaron la final de la Nations League desde La Cartuja, un nuevo récord de asistencia para la Selección en territorio nacional. Más de 32.000 personas volvieron a ver como España hacía historia y volvía a demostrar su superioridad. En el mundo del fútbol femenino es muy difícil ver a una selección que esté al nivel de las nuestras y, ahora sí, el palmarés parece demostrarlo.
Al grito de «Olé, olé» en las gradas se puso punto y final al encuentro. Es inevitable pensar en cuánto tiempo durará esto, pero es una realidad que estamos ante el mejor momento de España femenino y, de momento, no parece que el final esté cerca. Otra vez ellas. Otro trofeo más. Otra vez campeonas.