Frustrado. Así ha terminado el RCD Mallorca. Tanto jugadores como aficionados han abandonado Son Moix con una sensación muy extraña. Más allá de la derrota 1-2 ante la Real Sociedad, los bermellones terminaron muy enfadados con González Fuertes. El árbitro del partido cogió un protagonismo que ya es muy común en clave mallorquinista. Con la de este domingo, el equipo balear sucumbió de nuevo en LaLiga y se queda, de nuevo, a seis puntos de los puestos de descenso. La mirada está puesta en la nueva jornada de LaLiga en Mendizorroza del próximo fin de semana, pero pensando ya en la vuelta de Copa del Rey contra -precisamente- la Real Sociedad.

La película empezó muy bien para los intereses del Mallorca. Antonio Sánchez, a los tres minutos de partido, marcado con un gran disparo desde fuera del área. El centrocampista mallorquín sigue corroborando su gran estado de forma con un nuevo gol y cuajando un partido a la altura de las expectativas. Con un plan de choque muy conocido por parte de Javier Aguirre, los bermellones avanzaban en un partido muy controlado. Aunque la Real Sociedad tenía en el terreno de juego mucha calidad, no sería hasta el minuto cuarenta cuando Take Kubo empataría el partido. Un disparo seco y fuerte, imposible para Predrag Rajkovic. Mientras todo eso se iba sucediendo, ‘el otro partido‘ protagonizado por González Fuertes empezaba ha hacer mella.

Las quejas de Abdón Prats en Son Moix

Al borde de finalizar la primera parte, llegaría el colofón. Antonio Raíllo vio la tarjeta roja tras una acción con Sadiq y una posterior protesta al colegiado. Unas quejas que no pasaron el filtro del árbitro y que dejó al Mallorca en inferioridad numérica. El andaluz, tal y como indica el acta, fue expulsado por una segunda amarilla «por protestar una de mis decisiones realizando gestos de desaprobación con su mano derecha de manera reiterada«. Una decisión que, viendo las imágenes, es muy cuestionada. También verían diferentes amonestaciones jugadores como Abdón Prats, Sergi Darder o Siebe Van der Heyden, el belga vio la roja.

Mientras esa frustración seguía en aumento por diversas acciones, la defensa bermellona aguantaba muy bien los azotes de la Real. Y no sería hasta el último instante del choque cuando Mikel Merino pondría el definitivo 1-2. Un colofón negativo para los intereses locales, que vieron cómo desaparecía un valioso punto en Son Moix.

Antonio Sánchez celebrando el 1-0 en Son Moix
Foto: RCD Mallorca