Salir vivo del partido de ida de las semifinales de Copa del Rey era la consigna más clara de Javier Aguirre. El técnico del RCD Mallorca, consciente siempre de la superioridad de la Real Sociedad, marcó el camino a seguir. Y el equipo respondió. Con más o menos acierto, pero el conjunto balear llegará al 27 de febrero con opciones de pasar a la final que se disputará en Sevilla a principios de abril. El 0-0 cosechado entre Mallorca y Real es el fiel reflejo de la igualdad que existe en la eliminatoria. Si bien ese resultado podría haber sido completamente diferente (que se lo digan a Sadiq), la suerte se decantó a favor de los intereses locales. Mientras Son Moix aportaba su granito de arena con más de 22.000 aficionados, el equipo logró resistir para emplazarlo todo a San Sebastián.
Uno de los nombres propios a tener en cuenta es el de Abdón Prats. El de Artà estaba en su salsa, era una de las noches que a él le gusta vivir. Desde los primeros instantes demostró garra, lucha y perseverancia defensiva. Tuvo una de las ocasiones más claras para el Mallorca nada más empezar la segunda mitad, pero tal vez el destino le tiene guardado otra misión para más adelante. También cabe destacar una figura que parece llevar un lustro vistiendo la estática bermellona. Samu Costa volvió a estar sobresaliente en todas las facetas del juego. El portugués, que hace una semana era sería duda para el choque, completó 90 minutos soberbios. Su intensidad en la presión, la incansable lucha para el robo del balón o la implicación defensiva en los minutos finales son solo algunos ítems que hacen de Costa un pilar fundamental para el centro del campo de Aguirre.
Pero si hay un nombre propio a descartar del partido ese es Umar Sadiq. El delantero de la Real Sociedad pudo, él solito, sentenciar la eliminatoria con dos acciones que inexplicablemente terminaron fuera de la portería defendida por Dominik Greif. Dos ocasiones que, con total seguridad, saldrán en el típico vídeo de ‘los mayores errores del 2024’. Y es que Sadiq erró las que no se deben perdonar. Menos aún en unas semifinales. Dos oportunidades de empujar el balón a portería. Pero el Mallorca se aferró a esos errores para mantener sus aspiraciones de llegar a Sevilla en abril. Con el 0-0 está todo por decidir, aunque ahora la Copa queda en un claro segundo plano: el próximo domingo el Rayo Vallecano visita Son Moix. Un partido de alta tensión que el Mallorca está obligado a ganar. Los bermellones, actualmente, están en 17ª posición con 20 puntos. Sí, al borde del infierno.
“Esta es mi labor. A partir de ahora estamos metidos en el partido ante el Rayo. Lo otro se olvida, mañana ni veremos las imágenes del partido de hoy. El año pasado tenía 14 jugadores del mismo nivel, ahora tengo 18-19. Tenemos tres semanas de Liga en las que tenemos que sumar porque estamos cada día más cerca de la quema”, explicó Aguirre en rueda de prensa. El cambio de chip ya está hecho. La Copa se aparca para que LaLiga haga de nuevo acto de presencia en Son Moix.