Era una final anticipada. Un todo o nada de manual. Un partido para que la afición despertase y empezase a creer que el milagro puede obrarse. No fue el mejor partido de la historia del Atlético Baleares, ni mucho menos, pero el equipo de Juanma Barrero ganó por la mínima al Melilla. Sumó sus primeros tres puntos y, a fin de cuentas, eso era lo más importante. El buen juego careció por su ausencia y el equipo local únicamente deslumbró gracias a un misil teledirigido a la escuadra por parte de Roberto Alarcón. Tras poner en la primera parte el 1-0 en el marcador, el partido se transformó. Incluso la afición, desesperada por el juego de su equipo, se planteaba qué deporte estaba presenciando. Pero daba igual el cómo: el Baleares debía ganar.

Nos quitamos un peso de encima. Al final siempre estábamos hablando de esa primera victoria y, siempre lo decía, el día que fuésemos un equipo de verdad llegaría. Arriba tenemos calidad y, pese a no ser el día de algunos, tenemos gente que por sí sola va a generar peligro”, reconocía Barrero tras el partido en el Estadi Balear. Y es que la situación del club estaba -y sigue siéndolo- dramática. Ahora mismo los mallorquines alcanzan los cinco puntos tras únicamente ganar un partido y sumar dos empates. Siguen, obviamente, en puestos de descenso a SegundaRFEF, pero la victoria ante el Melilla puede ser un punto de inflexión.

El Atlético Baleares, celebrando la victoria en el Estadi Balear.
Foto: Atlético Baleares

El Atlético Baleares y la esperanza 

El primer paso ya está dado, y ahora toca corroborarlo. Para el Atlético Baleares ha sido un inicio de temporada caótico. Pese a que empezó empatando ante el Algeciras, los blanquiazules encadenaron hasta siete derrotas seguidas: Ibiza, Málaga, Sanluqueño, Ceuta, Antequera, Murcia y Atleti B. Derrota tras derrota, el Baleares perdía la fe. Con cambio de entrenador incluido, la entidad no levantaba cabeza. Hasta la semana pasada, cuando dicha racha tan negativa llegó a su fin. Ahora, Barrero suma cuatro puntos de los últimos seis tras empatar ante el Intercity y ganar al Melilla.

La próxima piedra en el camino en el Real Madrid Castilla, en la capital. El filial blanco se encuentra en tierra de nadie, en duodécima posición con 13 puntos. Mirando más allá del próximo partido, hay otra fecha marcada en rojo. Y es que para lograr el milagro de la permanencia, los partidos en el Estadi Baleares deben contabilizarse por victorias. En el calendario, las visitas de Mérida o Alcoyano adquieren una importancia superlativa.