La mañana del día de hoy, 25 de agosto de 2023, quedará para la historia por ser uno de los días más vergonzosos del fútbol español. En una Asamblea Extraordinaria celebrando esta mañana en Las Rozas, Luis Rubiales trató de justificar -porque no parecía una disculpa- sus acciones en la final del Mundial femenino. Todos esperábamos su dimisión, ya que eso es lo que la propia RFEF filtró ayer a la prensa, pero ocurrió todo lo contrario. Como si se tratase de una escena de ‘El lobo de Wall Street’, Rubiales anunció que no dimitía. Hasta en cinco ocasiones repitió el «yo no dimito». Lo tenía todo pensado y bien pensado. Sorpresa.

Luis Rubiales justificó el beso a Jenni Hermoso afirmando que la jugadora lo consintió, e incluso, por sus palabras, incluso se podría pensar que ella fue la que le llevó hacerlo. Habló sobre el «falso feminismo», sobre sus éxitos e incluso le ofreció a Jorge Vilda la renovación por 4 años cobrando medio millón de euros. Todo, bajo aplausos de los asambleístas presentes en el salón Luis Aragonés. Cómplices, por supuesto. Una vergüenza.

Las reacciones no han tardado, sobre todo de parte del mundo del fútbol femenino. Alexia Putellas ha sido la que ha iniciado el movimiento con un simple tuit y una frase que se ha repetido muchísimo: «Se acabó». A partir de ahí, la sucesión de muestras de apoyo no han parado de sucederse -y cada vez hay más-. Jugadoras en activo, retiradas, campeonas del mundo, futbolistas de ‘las 15’ que renunciaron a ir al Mundial, extranjeras… todas, todo el mundo del fútbol femenino unido. Ahora, según Relevo, esperamos un comunicado conjunto de todas y cada una de las jugadoras que en algún momento han defendido la camiseta de la selección. Subestimaron a las jugadoras, subestimaron al fútbol femenino. Se acabó. 

Artículo relacionadosMás del autor