Hace unas semanas era todo una utopía. Algo extremadamente complicado. Ahora mismo, no solo es una realidad, sino que ya hemos visto debutar con el Real Mallorca a Sergi Darder. El centrocampista mallorquín vivió el pasado viernes una sobredosis de emociones: llegada al aeropuerto de Palma, presentación oficial con el Mallorca, inscripción fugaz en LaLiga y directo a Las Palmas. Porque sí, Javier Aguirre no dudó ni un momento en contar con su nuevo jugador para la primera jornada de competición. El ‘Darderismo‘ ya se vistió de rojo casi 24 horas después de anunciar su incorporación.

Muy contento de poder debutar, de dar la vuelta al marcador. Creo que hemos merecido más. Sobre todo, en la segunda parte, hemos sido bastante mejores que ellos. Hemos jugado a lo que nosotros queríamos. Sumar fuera de casa en el primer partido es importante, pero te quedas con la sensación de que te podías haber llevado tres puntos”, explicaba el propio Darder tras gozar de sus primeros minutos con la elástica del Real Mallorca.

Un Darder que cumple el sueño de su vida. «Yo de mayor quiero ser futbolista; futbolista del Mallorca«, dijo él mismo con 6-7 años, una grabación de archivo que el Mallorca usó en el vídeo de su presentación. En definitiva, la incorporación de Darder va más allá de ser uno de los jugadores con más calidad que han pasado por la isla, es el cierre a un círculo cuyo epicentro está en Artà: el pueblo de la isla más laureado en los últimos días al contar tanto con Darder como con Abdón Prats.

45 minutos necesitó Darder para corroborar el ‘Darderismo‘ bermellón. En la segunda mitad, en el estadio de Las Palmas, el mallorquín asistió a Antonio Raíllo para el 1-1 y desplegó un fútbol más que preciso. Sin ningún entreno con el grupo, sin ningún conocido en el terreno de juego. Solo la redonda, el equipo de su vida y el objetivo de sumar los primeros puntos lejos de la isla. Con Darder, el Mallorca mejora en muchas facetas: veteranía, experiencia, calidad y compromiso.

En cuatro días el Mallorca recibirá al Villarreal en Son Moix y será la primera vez que la afición bermellona pueda corear el apellido Darder a pleno pulmón. El mallorquín llegará con la lección aprendida tras varios entrenamientos en Son Bibiloni y con un conocimiento más exhaustivo de la idea que tiene Javier Aguirre sobre su equipo. Con el tiempo, Darder crecerá, y junto a él, el resto de compañeros. El ‘Darderismo‘ empezará a llenar las gradas del feudo balear, porque él es el fichaje de la afición.