Bajo la lluvia de Leganés y con 9.217 espectadores en las gradas, el Atleti volvió a convertirse en aquel campeón de hace unos años. Cuando todo parecía decidido y el marcador indicaba un 2-0 a favor del Real Madrid, las rojiblancas tiraron de orgullo y remontaron el partido en un abrir y cerrar de ojos. Al final, la lotería de los penaltis decidió que hoy no iba a ser el día en el que el Real Madrid iba a estrenar su vitrina, sino que iba a ser la noche en la que el Atlético de Madrid iba a seguir ampliando su historia en el fútbol femenino.

Butarque recibía a las jugadoras con un espectáculo de luces. Era un día grande para ambos conjuntos, y eso era algo que se notaba en unas gradas que empujaban a sus respectivos equipos desde antes del pitido inicial. Una vez comenzado el encuentro, era el Atlético de Madrid quien tendría en un principio el dominio y las ocasiones más claras. Ajibade por partida doble y Bárbara Latorre inquietaban a una Misa Rodríguez que respondía bien, evitando así los primeros tantos el encuentro. Las rojiblancas habían aguantado la embestida del comienzo, conseguían resistir los momentos de dominio blanco y presionaban en la portería rival, pero sin premio.

La primera goleadora, al contrario de lo que se podía prever por los primeros minutos, iba a ir estar de blanco. En un saque de esquina, el balón encontraba la cabeza de Sandie Toletti, que lo mandaba al segundo palo, imposible para Lola Gallardo. La locura se desataba en la grada madridista, que entonaba el nombre de la francesa lo más alto que podía. Aun así, el Atleti no iba a bajar los brazos y no se echaba para atrás, sino que seguiría atacando, sobre todo explotando las bandas con Ajibade y Marta Cardona, pero no encontraba el gol antes de que llegase el descanso.

Imagen: RFEF

El balón volvía a rodar y el Real Madrid tenía que, al menos, mantener el resultado para salir campeón al término de los 90 minutos. A pesar de ello, a Caroline Weir no parecía bastarle con eso, y a punto estuvo de, después de zafarse de hasta tres jugadoras, anotar un segundo cuando solo habían pasado cuatro minutos. En este caso, Lola Gallardo adivinó la trayectoria y consiguió atajarla. Las blancas no iban a parar, habiendo salido del descanso con la misión clara de ampliar su ventaja, algo que conseguiría en el minuto 56. Ivana, la capitana madridista, remataba el balón tras un córner y hacia el segundo del encuentro, el segundo de un Real Madrid que cada vez veía más cerca la Copa de la Reina.

A partir de aquí, lo que ocurría en el terreno de juego pasó a un segundo plano cuando la lluvia empezó a caer fuertemente sobre el césped. Los resbalones y controles largos empezaron a hacer acto de presencia, lo que dificultaba el juego de ambos conjuntos. El Atleti, lejos de la versión vista en la primera parte, no conseguía tener la pelota, aunque seguía siendo peligroso en transiciones. Por el contrario, el Real Madrid se mostraba mejor, quería más, quería certificar la victoria.

Imagen: RFEF

Igual que ocurría en la primera parte, el equipo con apariencia más débil era el que iba a anotar. A escasos minutos del final, ‘Wifi’ recortaba distancias después de una buena jugada por banda izquierda. Cuando parecía que todo estaba dicho, aparecía Lucía Moral para darle esperanzas a un Atleti que no quería dar el brazo a torcer. A partir de aquí, todo lo que se respiraba en el estadio eran nervios. El Real Madrid defendía como podía y el Atlético buscaba un tanto a la desesperada.

Y así pasó. La insistencia del Atlético de Madrid, ese «ahora Atleti ahora» se apoderó de las rojiblancas,  que tiraron de coraje y corazón a más no poder. Todo esto, además, se materializó en un disparo de falta desde la frontal de Estefanía Banini, quien enviaba el balón directo a la escuadra. El encuentro estaba empatado de nuevo y empezaba un nuevo partido, esta vez a 30 minutos. La Copa de la Reina se iba a decidir en la prórroga y, si nadie conseguía marcar, nos íbamos a ir a los penaltis.

El Real Madrid parecía ser quien llevaba el ritmo en el tiempo extrareglamentario, pero el Atleti se sentía cómodo atrás y esperando su oportunidad. Con las jugadoras de ambos equipos desgastadas en lo que a físico se refiere, las piernas pesaban cada vez más y cualquier detalle podía decidir la final. Ninguno de los dos equipos quería asumir riesgos innecesarios y, por ello, nos íbamos al descanso de la prórroga con el mismo marcador con el que se inició. Los segundos 45 minutos fueron más de corazón que cabeza, con el Real Madrid más en campo rival pero sin ninguna incidencia en el resultado. Así, todo parecía llevar a los penaltis, algo que finalmente acabó ocurriendo.

Penas máximas. Once metros para decidir la Copa de la Reina. El Real Madrid, en busca de su primer título; el Atleti, de su segunda Copa. Las rojiblancas empezaban lanzando y Misa arrancaba bajo palos. Todo o nada. Los primeros penaltis de ambos fueron para dentro, y el Atleti se puso por delante después de que Lola parase el lanzamiento a Olga Carmona. El Atleti lo tenía en su mano, más aún cuando Lola volvía a parar el tercero del Real Madrid. Un tiro hacia falta para ser campeón, pero Misa no quería terminar con esto. La guardameta paraba el penalti de Banini, algo que no tenía efecto después de que Svava lanzase el siguiente a las nubes. El Atlético de Madrid, finalmente, se alzaba campeón

La temporada puede que no haya sido buena, pero si había alguna forma de llevar felicidad a los aficionados rojiblancos era esta, con un partido para el recuerdo de todo atlético. Además, no había mejor manera de despedir a Virginia Torrecilla, que abandonará el club con una medalla de campeona sobre el cuello. Maitane, que jugó los 120 minutos completos, también parece que pondrá fin a su etapa en el Atleti, y para poner fin a este ciclo no hay nada mejor que levantar la Copa. Las cosas no podrían haber salido mejor para las mallorquinas.