El Almería ha ganado 3-0 con un hat-trick de Lázaro Vinicius ante un incompetente Mallorca que no ha comparecido. Sin tensión competitiva y sin concentración, el equipo de Javier Aguirre es un equipo vulgar que ha dejado escapar el tren de la Conference. Lo peor para los seguidores bermellones es que todavía quedan tres jornadas.
Javier Aguirre presentó ante el Almería lo que pudo. Sin Raíllo, Augustinsson, Jaume Costa, Morlanes ni Galarreta tuvo que optar por un once de urgencia con un mediocentro de lateral, Antonio Sánchez, y un lateral derecho jugando por la izquierda, Maffeo, y en el mediocampo Baba y Dani Rodríguez, lo habitual vamos.
Los bermellones no salieron mal al terreno de juego y es que Del Cerro Grande pudo expulsar a Rodrigo Ely porque Kang-In Lee se iba a plantar solo ante Fernando, pero el colegiado pensó que no, que el otro defensor llegaba antes de plantarse ante el guardameta. En la siguiente acción, el Almería disparó. Marcó Lázaro Vinicius en una jugada confusa con un error grotesco de Antonio Sánchez.
Sin ocasiones claras, el partido transcurrió a lo que querían locales, pues eran los únicos que sí sentían que se jugaban algo. Aunque una acción lo pudo cambiar todo: agarrón vehemente a Muriqi dentro del área que el árbitro no pita. En la posterior acción volvió a aparecer Lázaro y tras un balón que se quedó franco desde la frontal del área encañonó y batió a Rajkovic que no pudo hacer nada. 2-0 y al descanso.
Sin apenas tensión competitiva, los bermellones salieron igual, sin alma, y recibieron el tercero, otra vez Lázaro. Entraron Kadewere, Ángel, Grenier y Gio González pero tampoco cambiaron la cara al encuentro. Esta es la diferencia entre jugarse algo y dejar de tener tensión competitiva. Una humillación.