El Real Mallorca cayó 2-0 ante el el Sevilla en Sánchez Pizjuán. Con esta derrota el equipo de Aguirre suma su cuarta salida liguera sin puntuar con un balance de goles preocupante: siete en contra y cero a favor. Como contra el Cádiz en el Nuevo Mirandilla, el resultado ya estaba visto para sentencia en el descanso. Los goles de En-Nesyri y Bryan Gil marcaron una distancia insalvable para remontar el resultado.

En ambos encuentros, el Mallorca no modificó el sistema de juego y en ambos partidos el rival firmó uno de los mejores partidos de la temporada. Sampaoli, el entrenador del Sevilla se ha referido así: «El primer tiempo fue de lo mejorcito de la temporada». Aquí van las claves del encuentro:

  • El once inicial. Sampaoli no dio ni media pista de los jugadores que iban a ser alineados. Se esperaba que cambiara el sistema de juego a un 4-3-3, pero optó por seguir jugando con cinco defensas. Ni Montiel, ni Acuña, ni Rakitic ni Jordán y ni Ocampos o Lamela salieron de inicio, aunque se esperaba que sí lo hiciesen. Nada que ver con el once de Aguirre, que solo albergaba una duda: Nastasic o Copete.
  • Balones a la espalda de los centrales. Como contra el Real Madrid es la manera más sencilla de hacer daño a la defensa bermellona. Ante el Madrid, el único balón a la espalda acabó con un penalti en contra y ante el Sevilla, con el primer gol de los de Nervión. Desde su campo y tras recibir sin oposición Gueye mandó un balón a la espalda de Valjent que el marroquí se llevó y definió fuerte ante Rajkovic que no pudo pararlo.
  • El Sevilla explotó la banda izquierda mallorquinista. Esdecir, el eslabón más débil. Sampaoli supo aprovecharse de que Augustinsson debutaba con los bermellones y que, obviamente, todavía no había adquirido los automatismos del equipo. Navas, que se convertía en extremo, Suso tirando diagonales hacia el centro y Oliver ayudando a crear han vuelto loco al lateral.
  • Si Sampaoli explotó las debilidades del Mallorca, el Mallorca no hizo lo mismo con el Sevilla. Los de Aguirre tendrían que haber basado su juego apretando a Gudelj, centrocampista que actuaba de central, y a Bryan Gil, extremo reconvertido a carrilero. De hecho, en la única acción donde se ha puesto a prueba al carrilero español, se zampó un balón aéreo que llegó a Maffeo, pero que no aprovechó.
  • Ningún disparo a puerta. Sin chutar, salvo con en gol a propia puerta es imposible vencer. Nadie probó a Bono, de hecho, un cono, hubiera hecho la misma función sin alterar el resultado final. 
  • Línea defensiva muy retrasada. Durante el primer tiempo el Mallorca ha defendido muy cerca de su aérea. ¿Qué implica? Los jugadores del Sevilla podían ejercer presión posicional y sobre todo, que a cualquier robo la posibilidad de contra se diluía. Tanto Kang In Lee como Dani Rodríguez tenían que correr ochenta metros para llegar al área rival.
  • Muriqi contra el mundo. Nadie puede marcar si no le llega ninguna oportunidad de hacerlo. No ha recibido ningún balón en ventaja y lo peor, nadie le acompañaba en el ataque. Su pólvora está mojada, pero la capacidad bermellona  en fase ofensiva inexistente.

Hay mucho trabajo que hacer, pero no solo por parte de los jugadores…