Javier Aguirre apostó finalmente por su clásico 5-3-2 para el Mallorca, todo después de una semana de debate en cuanto al sistema. El mexicano se decidió por su sistema habitual para enfrentarse a un Espanyol que formó en 4-4-2. El encuentro comenzó con un Espanyol que gozaba de posesiones más o menos largas y que buscaba a Braithwaite y Joselu a la espalda de la línea de centrales bermellona, que estuvo como siempre atenta y rocosa ante los envites del conjunto blanquiazul. Duró poco ese conato de dominio visitante, pues el Mallorca logró hacerse con el esférico y mover al Espanyol de lado a lado en busca de un espacio que permitiese a Jaume y Maffeo servir a Muriqi, que peleaba y vencía ante Cabrera casi todos los duelos.

No había peligro real para los guardametas y solo Lecomte tuvo que actuar al inicio de partido para blocar un disparo de Muriqi desde la medialuna del área que salió flojito y muy centrado. Dani Rodríguez lo intentó también para los bermellones, pero su disparo salió desviado. El partido transitaba por tierra de nadie y en una acción algo enrevesada Maffeo terminaría por sufrir un fuerte golpe en la zona lumbar que le dejó KO para lo que quedaba de encuentro. Después de intentar probarse pidió el cambio en favor de Gio González, que fue el elegido para sustituirle en el carril derecho.

El Espanyol era algo más directo y buscaba más tiros lejanos con la iniciativa de un Sergi Darder que hizo un primer tiempo sensacional. Joselu y Braithwaite, eso sí, estuvieron bien vigilados por Raíllo y sus escuderos Valjent y Copete. Lo intentaban los pericos también vía córners pero el Mallorca repelía cualquier balón en su área. Aún así tuvo dos más o menos claras el Espanyol, la primera con un disparo de Puado tras una jugada a balón parado que fue directamente fuera y posteriormente con un buen disparo de Edu Expósito que Rajković despejó a córner. El Mallorca, por su parte, no tuvo ninguna clara en toda la primera mitad, aunque sí que logró pisar campo rival con relativa facilidad a pesar de esos errores en el último pase. Al descanso resultado gafas.

Tras la reanudación el Mallorca salió inclinando el campo hacia la portería de Lecomte y tardaría muy poco en avisar a un sorprendido Espanyol que tuvo como primer aviso una internada por banda izquierda de Jaume Costa que finalizó con un centro chut peligrosísimo y que Lecomte sacaría con la pierna. El Espanyol no salía de su área y los bermellones apretaban. Poco tardó el Mallorca en encontrar el premio, Galarreta puso un balón medido a la espalda de Oliván para que Gio González -que está siendo una grata sorpresa-, a un metro de portería, se sacase una especie de pase con vaselina para superar a Lecomte y encontrar a Muriqi, que apenas a centímetros de la portería remató acrobáticamente para poner un 1-0 merecido por lo que se estaba viendo en el segundo acto. Son Moix levantaba las bufandas al viento y el Espanyol estaba en la lona, el Mallorca olía la sangre y seguía con el mismo guion de partido ante un conjunto visitante que no sabía reaccionar.

Apenas diez minutos después del gol y continuando con el dominio local una gran jugada combinativa por banda izquierda le dejaba el balón en posición franca de remate a Jaume Costa dentro del área rival, pero su disparo, con pierna derecha y con más fuerza que colocación, se fue por encima de la meta defendida por Lecomte. Estaba perdonando el Mallorca. Lo intentó también Raíllo con un disparo tan lejano como potente que puso en aprietos al portero del Espanyol, que repelió hacia arriba para no complicarse la vida.

El Espanyol realizó cambios buscando cambiar el partido y poco tardó en hacerlo. En su primera ocasión, por llamarlo de alguna manera, en toda la segunda mitad José Carlos Lazo se sacó un centro tan malo que terminó envenenándose hasta la escuadra lejana defendida por un Rajkovic que se vio sorprendido y poco o nada pudo hacer para evitar el tanto. A partir de ahí el Espanyol supo hacerse con el balón y el Mallorca no lograba ser lo peligroso que fue antes del gol. Aún así los pericos no tuvieron ninguna ocasión más y Aguirre decidió quitar la defensa de cinco y dar entrada a Ángel para buscar los tres puntos.

A punto estuvo de lograrlo en una jugada que Muriqi prolongó buscando al propio Ángel, el ex del Getafe le ganó la posición a Oliván y antes de que pudiese tirar o centrar el lateral catalán le hizo un penalti clarísimo que Díaz de Mera no vio y que el VAR, por inverosímil que parezca, tampoco. El Espanyol terminó achicando agua y dio por bueno un punto que no mereció. Gran segunda parte de un Mallorca que se va con la sensación de haber perdido dos puntos, pero que refuerza el trabajo y la idea del equipo.