El At. Baleares cayó derrotado el domingo a domicilio en su partido frente al DUX Internacional de Madrid, rival directo de los balearicos que se colocan 4 puntos por encima dejando a los blanquiazules fuera de las plazas que dan acceso al play off de ascenso a Segunda y que aseguran plaza en la nueva 1ª RFEF, a falta de 5 partidos.

A estas alturas se han sumado 18 puntos de los 39 disputados, algo menos de la mitad. Pese a que tras el parón de Navidad se ganaron dos partidos consecutivos el equipo ha vuelto a la irregularidad del primer tramo de temporada en cuanto a resultados, y lo que es más preocupante, no se ve una mejoría en el juego que augure una mejor racha para el final de temporada.

El club hizo un gran esfuerzo en el mercado de fichajes invernal para buscar nuevas piezas que, sobre el papel, mejoran a los que salieron. Pese a ello parece que el entrenador, Jordi Roger, sigue sin dar con la tecla para que el Baleares se imponga a sus rivales como venía haciendo las dos últimas temporadas y como se presupone por su elevado presupuesto y los nombres de los jugadores en plantilla.

Este domingo el equipo tiene un «match ball» en Madrid frente al líder, el Sanse, que sin duda pondrá las cosas muy complicadas. De no regresar con los tres puntos el Top 3 de la tabla quedaría casi en utopía y el club debería prepararse para afrontar un segundo tramo de la temporada en el que habría que luchar para asegurarse una plaza en 1ª RFEF. No hacerlo supondría un descenso de facto, ya que se caería a la 2º RFEF, la nueva cuarta categoría del fútbol español. Poca broma.

Esperemos que esta próxima jornada el equipo venza, y sobre todo convenza, de cara a afrontar un tramo final de temporada vital para el futuro a corto y medio plazo del club.