El Real Mallorca recibió al Málaga CF en el Visit Mallorca Stadium para disputar el partido correspondiente a la novena jornada de liga. Dicho choque se saldó con una nueva victoria bermellona (3-1), que reafirmó las buenas sensaciones y la tercera plaza en la tabla clasificatoria de la Liga Smartbank.
Otra jornada entre semana, otra jornada de rotaciones. Luis García Plaza apostó un esquema compuesto por Reina, Sastre, Valjent, Raíllo, Cufré, Salva, Ruiz de Galarreta, Sánchez, Dani Rodríguez, Mboula y Amath. Muchos cambios en un once que, sin embargo, se mostró igual de solvente que el elegido en fechas anteriores. Por su parte, la escuadra andaluza de Sergio Pellicer pisó el tapete de Son Moix en un once en el que Pablo Chavarría, un ex mallorquinista, apuntaló el ataque.
El inicio fue inmejorable para los de casa: tras unos primeros minutos de disputa por el control del juego, Amath Ndiaye se estrenó como goleador tras encontrarse con una asistencia que salió de las botas de Martin Valjent en extrañas condiciones. A partir de ahí, el vendaval de fútbol por parte de los baleares bien valió una doble o triple ventaja en un primer tiempo que acabó con el 1-0 y con un Málaga semi repuesto al bofetón inicial.
El Málaga pretendió encontrar el premio del gol tras pasar por los vestuarios, pero el mismo cerrojo que aguó la fiesta a los de la Costa del Sol acabó por sentenciar el marcador: Antonio Raíllo mostró su superioridad aérea en el minuto 50 para anotar el 2-0, resultado que la ley del ex se encargó de maquillar. Pablo Chavarría hizo el 2-1 y invito a revivir a los de Pellicer. Pero sin tiempo para creer en hazañas, un zarpazo de Dani Rodríguez y el posterior 3-1 certificaron que los puntos no iban a coger un avión esta tarde rumbo a Andalucía. Los bermellones dejaron claro que no estar acostumbrados a encajar también les da igual, que se reponen a cualquier directo al mentón.
El Mallorca consigue una nueva victoria de mucho mérito, en la que, pese a perder su racha de imbatibilidad goleadora, volvió a demostrar que es uno de los mejores equipos de la categoría. Sin tiempo para pestañear, un Zaragoza necesitado de puntos espera ansioso a la vuelta de la esquina en un fin de semana en el que toda la parroquia mallorquinista sólo desea una cosa: que no pare la fiesta.