El Real Mallorca visita este próximo domingo el Estadio de Cornellà para enfrentarse a otro rival directo por la permanencia; el RCD Espanyol. Los pupilos de Vicente Moreno y toda la parroquia bermellona saben que el encuentro en tierras catalanas puede marcar un antes y un después en el objetivo de la salvación, y más tras la derrota del último fin de semana ante el Real Valladolid.
Una cita marcada a fuego en el calendario: en un mes de febrero complicado pero excitante para los baleares, el choque ante el club perico puede ser un suponer un punto de inflexión para la temporada del Mallorca, que tras no conseguir sumar más de un punto a domicilio hasta el día de hoy, se enfrenta a uno de los retos más importantes hasta final de temporada.
El Espanyol se ha puesto digno para la ocasión, y para todo lo que queda se segunda vuelta. El club de la capital catalana ha invertido cerca de 40 kilos para revertir una primera mitad de temporada desastrosa en la ha ocupado el farolillo rojo de la tabla durante algunas semanas. ¿El dato más alarmante? Aún no conocen la victoria en casa. Tras el segundo cambio de entrenador, Leonardo Cabrera (Getafe), Adrián Embarba (Rayo Vallecano) y Raúl de Tomás (SL Benfica) han desembarcado en el proyecto blanquiazul para reforzar tres de las cuatro líneas de los esquemas del ‘Pitu’ Abelardo. El ex delantero del Real Madrid supone la amenaza más mortífera para los visitantes, que se enfrentarán a un delantero que ha conseguido cuatro dianas en sus cuatro primeros partidos.
Y por otra parte, el Mallorca. La principal incógnita del conjunto bermellón será saber si Antonio Raíllo podrá ser de la partida. El central andaluz, pilar indiscutible de la zaga y del conjunto rojillo, se lesionó ante el Real Valladolid, pero durante estos últimos días ha entrado en dinámica de grupo. Por otro lado, habrá que ver si Vicente Moreno se la juega dando entrada a nuevos jugadores en su esquema habitual, con vistas a cambiar la dinámica en la que está sumido su equipo. Una fecha para sacar el honor y conseguir puntos en Cornellà. Difícil pero no imposible, al cielo o al infierno en 90 minutos.