Mallorca y Valencia se vieron las caras en lo que fue el partido correspondiente a la vigésima jornada de competición doméstica para ambas escuadras. En un encuentro que pasará a la historia como un actuación ofensiva extraordinaria, la balanza se acabó declinando de parte de los locales, que vapuleraron a su rival por 4-1 tras 90 minutos de puro trabajo.

Ni Moreno ni Celades se guardaron nada, como era de esperar. El técnico bermellón volvió a alinear a su once favorito (en el que ya se encuentra el ‘Cucho’) y recuperó con él a Baba y a Ante Budimir, ambos sancionados en la última cita liguera. Por su parte, el preparador de los che hizo algún que otro cambio con respecto a lo desplegado ante el Real Madrid, parcialmente condicionado por las bajas. Un duelo de aspiraciones totalmente yuxtapuestas echó a rodar entonces.

La lluvia y los visitantes no se llevaron bien: desde el inicio, el Mallorca fue el único en el verde de Son Moix y antes de la media hora los de casa ya estaban ganando 2-0 tras dos goles de Raíllo y Ante Budimir, que fueron de lo más activo del equipo balear, que no cedió campo ni para un atisbo de esperanza ante un Valencia que había echado a perder las pocas oportunidades que tuvo frente a Manolo Reina. El gigante croata volvió golpear poco antes del descanso, culminando una gran triangulación entre Baba y Salva Sevilla, y confirmó que lo que se estaba viviendo era el mejor partido de los bermellones en esta liga.

La segunda parte no tuvo mucha historia: la prontísima expulsión de Dani Parejo por doble amarilla acabó con cualquier aspiración de los valencianistas, que recibieron un cuarto gol a manos de Dani Rodríguez tras un formidable disparo. 4-0 y ya sólo pudo decorar dicha goleada un tardío y honorífico tanto de Ferran Torres, que volvió a demostrar por qué tiene tanto peso en una plantilla como la de Celades. Además del resultado, las buenas noticias no dejaron de llegar para los mallorquinistas, ya que el nuevo fichaje, Alejandro Pozo, debutó y dejó claro desde el primer toque que es un jugador diferente que ayudará y mucho a sus compañeros.

Una victoria que lo revuelve todo, que revive a un Mallorca que sale del descenso y que le devuelve a la parroquia rojilla la esperanza de tener un equipo que seguirá destrozándose anímica y físicamente para competir ante cualquiera. Un Mallorca que está recuperando el derecho a volver a sentirse una escuadra importante. ¿Sus próximos retos? Real Zaragoza en Copa y Real Sociedad a domicilio en liga, otras dos piedras mayúsculas en el camino de un equipo que nunca parece dejar de remar.