Intensidad. Concentración. Compromiso. La lista de atributos que ha demostrado la Unión Deportiva Ibiza este mediodía contra el Getafe B es larga. El equipo celeste ha cuajado un partido muy serio para ganar de nuevo en casa. Un gol de Ángel Rodado fue renta suficiente para obtener los tres puntos contra el filial azulino, hoy vestido de rojo. El tanto llegó en el minuto 41 y tuvo el sello del ariete mallorquín. Rodado le robó la cartera a un defensa getafense y se marchó solo en dirección al área. Al pisarla no dudó para definir: disparo cruzado a la izquierda de Marcos, el meta visitante.
Los ibicencos, desde el comienzo, combinaban el toque que aportaban Lara y Cirio en la mediapunta con un buen despliegue por bandas. Morillas y Caballé conectaban buenos centros y, como acabó ocurriendo, la entregada afición de Can Misses empezó a calentar la garganta para cantar el gol que subiría al electrónico a falta de cuatro para el descanso. En el segundo tiempo el Ibiza puso rumbo hacia el tanto que ampliara la ventaja. No siempre los planes salen como uno espera: el gol de la tranquilidad no llegó y no fue por falta de insistencia. En el 58, Caballé recibió de Javi Lara en el costado derecho y cruzó un gran balón, raso, que nadie consiguió rematar.
El siguiente episodio ofensivo lo protagonizó Toni Arranz, hoy timonel del equipo desde el pivote. El madrileño estuvo omnipresente en la medular, cubrió las espaldas de sus defensas cuando se incorporaron al ataque e, incluso, se permitió darse alguna alegría ofensiva. Corría el minuto 65 cuando enchufó un trallazo desde la frontal que obligó a Marcos a estirar los guantes para firmar la parada más bonita del partido.
En el área contraria, en cambio, Germán se conformó con blocar algunos balones aéreos, pararle un lanzamiento de falta al visitante Lobato y sacar los puños para despejar varios saques de esquina. Pese a que el Ibiza llevó el peso ofensivo durante gran parte del encuentro su portero se mantuvo siempre alerta. La renta mínima no daba pie a despistes pero resultó suficiente para sumar tres puntos más que consolidan a la plantilla de Pablo Alfaro en la zona noble de la clasificación.
El regreso de Kike López –menos de cinco minutos le bastaron para ir la guerra, robar una pelota en la zona defensiva del Getafe B y forzar la expulsión del Lobato– fue el otro saldo positivo de un equipo donde los secundarios que se han convertido en habituales durante las últimas jornadas (Fran Grima, Quintanilla, Caballé, que se llevó la sobrasada de la Penya Pagesa…) recargaron de motivos a la hinchada celeste para seguir soñando. No hay energía más limpia y potente que la ilusión para un viaje tan largo como una temporada en la Segunda B.