Fin a la incógnita. El Barcelona volvió a derrotar al Real Madrid y prácticamente finiquitó LaLiga. Además, la parte baja de la tabla no se mueve porque los implicados perdieron, excepto el Huesca, que derrotó al Sevilla y se acerca al milagro de la salvación.

La situación es la que es y el Barcelona, hoy por hoy, está por encima del Real Madrid. En menos de cuatro días consiguió la segunda victoria en el Bernabéu -la cuarta consecutiva en partidos ligueros- y esta vez, además, sin pasar apenas apuros. Ambos conjuntos sólo hicieron un cambio respecto al partido del miércoles. Solari dio entrada a Bale y Valverde hizo lo propio con Arthur. Y el vencedor fue el técnico culé. Simplemente porque Arthur controló el ritmo de juego, pausó los tiempos, llevó al equipo como quiso y dominó el centro del campo evitando cualquier opción de peligro del rival. Bale también puso de su parte, claro, pero en modo negativo. El galés ni está ni se le espera. No defiende y tampoco es el hombre determinante que debería ser. Y ya lleva cinco años en la Casa Blanca. Su despedida cuando fue cambiado, bajo una prolongada pitada de sus aficionados, lo dice todo. Está claro que su etapa en el club blanco es historia y en junio debería salir vendido para, al menos, intentar conseguir una buena cantidad de dinero destinada a contratar a algún astro mundial. Florentino necesita hacer fichajes ya porque el chiringuito se le está cayendo. Un año más, en marzo, al Madrid sólo le queda la Champions. Pero viendo la actitud de algunos jugadores, la baja forma de hombres como Casemiro, Marcelo, Kroos o el ya citado Bale y que Solari apenas cuenta con Isco, Asensio, Ceballos o Mariano, el futuro no es muy optimista que digamos.

El Barcelona, por su parte, jugó a lo que quiso, con un Messi enchufado en la primera mitad pero renqueante en la segunda por un problema en los abductores, con Rakitic, Arthur y Busquets mandando en la medular y con dos centrales espectaculares, sincronizados, como Lenglet y Piqué. Además del magnífico marcaje de Sergi Roberto a Vinicius y las subidas de Jordi Alba para ayudar en ataque a Dembélè y Suárez. En definitiva, un partido coral de todo el grupo para que LaLiga ya tenga dueño a no ser que el Atlético realice la gesta de su vida.

Mientras, el Atlético se afianza en la segunda plaza, a siete puntos del líder, tras su victoria en Anoeta ante la Real Sociedad. Morata hizo los dos goles tras una buena primera mitad colchonera pero la expulsión de Koke al principio de la segunda mitad obligó a los de Simeone a sufrir el tiempo restante. La Real atacó, centró muchos balones, pero lo hizo mal y sin poner en apuros a Oblak, que apenas tuvo que intervenir. Buenos puntos para el Atlético.

¿Y qué decimos del Getafe?. Halagos y más halagos después de un nuevo triunfo nada menos que en el Benito Villamarín ante un Betis que acaba de pasar la peor semana de los últimos años. Eliminado de la Copa y derrotado de nuevo  baja puestos en la tabla y con un entrenador, Quique Setién, cada vez más cuestionado. Su equipo abusa de la posesión, domina, pero no tiene gol. Y así no llegas lejos. Su futuro está en cuarentena. No así el de Bordalás, que con un grupo aguerrido y constante está llevando a cabo la mejor temporada de la historia del Getafe. Cuarto, en puestos Champions y cada vez más cerca de marcar un hito en el fútbol español. También mejora el Valencia, que ya está a un sólo punto de la sexta plaza y, por tanto, de Europa. Dos goles de Rodrigo y Gameiro derrotaron a un Athletic que ve cortada su racha y colocan a los de Marcelino muy arriba.

La zona ‘caliente’ no se mueve esta semana aunque el Huesca está cada vez más cerca del milagro. Los oscenses fueron capaces de derrotar a un Sevilla que se deshace en sus salidas y al que la cuarta plaza se le aleja poco a poco. Hace unas semanas la salvación se encontraba a once puntos y ahora, cuando aún queda tiempo, sólo son tres. La reacción parece llegar en un buen momento para el Huesca, que gana y ve cómo sus rivales siguen perdiendo. Es el caso del Villarreal y del Rayo. Los amarillos volvieron a sucumbir en casa frente a un aguerrido Alavés que supo marcar sus goles en los momentos idóneos para hundir un poco más al submarino. Calleja no encuentra soluciones y el tiempo se acaba. También para el Rayo, que volvió a perder ante el Girona -un rival directo- y se mete en problemas porque además el calendario que le viene es tremendo. Malos tiempos para Míchel y sus muchachos.

Por otra parte, buenos triunfos del Espanyol -que huye de la quema- frente a un Valladolid que no termina de salir del hoyo, y del Éibar, que mira hacia arriba y a la vez provoca el despido fulminante de Cardoso como técnico del Celta. Su sustituto será Fran Escribá, con experiencia en Getafe y Villarreal. Será el tercer técnico vigués esta campaña -tras Antonio Mohamed y el citado Cardoso- lo que indica que las cosas no se están haciendo muy bien por Vigo. 

Esta noche, turno para Leganés y Levante, igualados a puntos y con ganas de seguir la escalada. Igualdad y equilibrio entre ambos para concluir otra jornada apasionante.