Uno se encuentra lejos de su zona de confort y empieza a desconfiar de sus propias habilidades; lo que siempre había parecido fácil, allí se hace cuesta arriba. Ojalá no nos afectara tanto lo que nos rodea, y pudiéramos alienarnos del ruido para así volar sin presión algunagood luck con eso—. Porque el miedo escénico nos empequeñece a todos, sin excepción…

Y eso es lo que parece estarle ocurriendo al RCD Mallorca cuando sale de ‘sa roqueta’ , donde su mentalidad y modo de patear la pelota se sitúan muy por debajo del que nos tiene acostumbrados en Son Moix. Una bajada de rendimiento demasiado pronunciada para el nivel que se consigue bajo focos mallorquines.

Así lo demuestran los resultados: dos victorias, cinco empates y cinco derrotas. Doce partidos en los que Vicente Moreno, fuera de casa, ha visto cómo sus pupilos han sido incapaces de decantar la balanza a su favor. Y eso que ha tenido ocasiones para hacerlo pero, como la última, frente al Cádiz, se desperdicia —desperdiciada, desperdiciada, desperdiciada—. En bucle, para aquellos que se ofenden.

¿La solución? Ni idea. Pero dicen que cuando uno tiene miedo de salir ahí fuera, imaginarse a los demás desnudos funciona. Quitarle peso al contexto, y perderle el respeto a esas miles de personas que esperan y gritan cada uno de tus fallos en campo contrario. Tal vez así este Mallorca consiga revertir la situación, quién sabe. Y desnuda la gente siempre pierde, que no se os olvide.