En el último post se desgranó el que fue la vuelta de un Mallorca en el pozo de bronce y su estreno en Peralada presenciado por una piscina municipal. La travesía, tras el primer duelo, que pondrá el punto y final o el punto y seguido en el puerto de playoff en Anduva. Y una frase también sobrevoló por encima: «Lo normal en la vida es ser feo y en el fútbol perder siempre», rubricada por Enrique Ballester. Cuando el conjunto bermellón interpreto la caída estrepitosa a la tercera categoría, en Italia el Benevento se proclamaba por primera vez en su historia equipo miembro en alcanzar el privilegio de disputar la Serie A.

Todo miel sobre hojuelas, disputando previo al ascenso también el primer año del club en la Serie B. Pero la realidad en la mezcolanza con el ser humano revivieron las brujas y sus leyendas medievales en esta ciudad en la región de Campania. Entonces este modesto club del sur de Italia empezó a caer ante la atenta mirada de una bruja montada en una escoba que hace acto de presencia en el escudo del equipo. Retomando media frase, lo normal en el fútbol es perder aunque el Benevento no debutó con victoria en la Serie A hasta la jornada 19 frente al Chievo en casa. Por tanto, los números tan perfectamente negativos le coronaron con el peor arranque histórico de las cinco grandes ligas europeas.

El récord lo custodiaba el Manchester United de la temporada 1930-1931, perdiendo en esa campaña los doce primeros partidos. El calamitoso arranque del conjunto italiano ha sido la pandemia del descenso. Ni el cambio en los banquillos sustituyendo al artífice del ascenso y uno de los emblemas del Nápoles de Maradona, Marco Baroni, por Roberto de Zerbi taponaron la hemorragia. De Zerbi además no tuvo una buena bienvenida al Benevento. En el campo del conjunto italiano, el Ciro Vigorito, se pudo leer en alguna pancarta ultra «De Zerbi, gitano», ya que el técnico entrenó al Foggia que dos años atrás intentó arrebatar en los despachos la participación del Benevento en la Serie B. Ni tampoco el factor suerte asomó por el club, más bien lo contrario. Plaga de lesiones al principio de temporada y, para rematar el clima de adversidad, el capitán Fabio Lucioni dio positivo por dopaje con el esteroide anabolizante clostebol sancionándole un año sin competir.

Al Benevento, con 28 duelos perdidos, le queda un partido en la Serie A. Volverá a la B con todo un traje nuevo. El Mallorca, por su parte, intentará en una eliminatoria volver a Segunda A y restituir todo el derecho profesional perdido. Dos equipos cruzados del éxito al fracaso al fracaso y posible éxito. El tiempo dirá, al menos el pensamiento futbolístico de ombligo tendrá el respiradero de pensar complicado un arranque tan desastroso como el del Benevento Calcio. Si el Mallorca tuviera brujas… .

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