La trigesimoséptima y penúltima jornada de campeonato dométisco en el Grupo III de la Segunda División B está lista para empezar y el Atlético Baleares de Manix Mandiola se ha desplazado hasta Barcelona para medirse al Cornellá en lo que, sin lugar a dudas, será otro partido trascendental para que el conjunto balearico de otro importante paso en su carrera de última hora por salvar la categoría.
Cinco victorias, dos empates y sólo una derrota en ocho partidos. Este es el increíble balance con el que viene conviviendo el Baleares. La salvación está a dos pasos y hace sólo un par de meses se antojaba imposible. Cornellá y Ebro. Ebro y Cornellá. El Baleares no puede fallar ahora y necesita, por lo menos, cuatro puntos de seis para certificar la permanencia y que la locura se desate en Son Malferit.
Los dos partidos restantes son trampa. Dos durísimos rivales a batir que se están jugando entrar en play-off a Segunda División. Y, si todo acabara hoy, serían los catalanes los que gozarían de el privilegio de tener la oportunidad de poder promocionar a la categoría de plata del fútbol español. En parte, por la primera vuelta que cuajó el equipo liderado por aquel entonces por Enric Gallego, máximo goleador de la categoría, que se marchó al Extremadura en el mercado invernal con 18 goles en bolsillo. Pese a esa crucial baja, el Baleares deberá centrar los cinco sentidos en doblegar al equipo verde en su feudo, donde no ha conseguido ganar ni el líder.
Un último pasito que deje todo lo vivido esta temporada en un simple susto, en una simple broma de mal gusto. En eso están pensando los Xisco, Fullana y compañía, que desean que la temporada acabe pronto, como el resto de la parroquia blanquiazul que se congrega todos los domingos en Son Malferit para alentar a su escuadra.