La lectura se coló en el Mundial del 74 en Alemania. Leer en aquel momento parecía una muy buena idea y Zack, una revista alemana de cómics, apostó por una historia ilustrada de un jugador llamado Max Falk, ideado por Raymond Reding que, presentándose físicamente como el delantero italiano Roberto Bettega, llega a fichar finalmente por el Barcelona. Hasta aquí nació el embrión de lo que sería finalmente el jugador de toda una generación: Eric Castel.
Fue en 1979 cuando Raymond devolvió la vida a los cimientos de la historia mundialista y la transformó en toda una mitomanía hacia el relato franco-belga de Eric Castel, la estrella ficticia culé. En la despedida del verdadero mito, Johan Cruyff, aterrizó en tinta negra con colores Castel en unas condiciones prácticamente iguales al mago holandés, ya que Raymond Reding, juntamente con Françoise Hughes, le dotaron la clase del extremo con una pierna izquierda extraordinaria. Era el jugador franquicia que, gracias a él, devuelve al equipo azulgrana a campeonar por todos los campos de España y Europa. Sin embargo, a Castel ya no le dibujan la casaca culé y se marcha al PSG, ganando la imaginaria Copa CEVA (un símil a la Copa de Europa) y encima en una final ante el FC Barcelona. Muchos lectores, fieles a unos colores con su estrella Castel llevándolos bajo pecho palomo, les cayó como un jarrón de agua fría. Y, claro, no hay situación que la poderosa fantasía no pueda arreglar. Un posterior giro de guión y el gran Eric Castel regresó al Barcelona ganando la Champions con el equipo azulgrana, alistando así otra vez la preciada audiencia lectora.
Una estrella de cabello blanco, combinado con dibujos ampliamente detallistas, encajó perfectamente entre el mundo del cómic y el aficionado futbolero. Un goce en el descubrimiento de al fin y al cabo aventuras, simples aventuras, en la estructura trepidante del cómic. El momento de ensamblar todas estas historias de pasión tuvieron que prolongarse en la mayoría de clubes. La dificultad de poder presumirlo en tiempo presente contiene el nombre de imagen visual. Igualmente nunca es tarde en publicar. Posible futuro título: Segunda B Bermellona: La Reconstrucción. Eso sí, sin «chill outs» por en medio. Sería demasiado cómico.