La vigesimonovena jornada de liga en el Grupo III de la Segunda División B nos va a regalar este domingo un partido por todo lo alto entre el Villarreal B de Miguel Álvarez y el Real Mallorca de Vicente Moreno. Cuando el reloj marque las 12 del mediodía del próximo domingo, el árbitro hará sonar el pitido inicial del encuentro entre el líder de la liga y su fiel y leal perseguidor.
La distancia a día de hoy es de ocho puntos. Es un colchón amplio, pero aún quedan muchos deberes por hacer. Ganar en Villarreal sería casi definitivo para certificar el liderato del grupo hasta que lleguen los play-off, pero, como en la ida, no será una tarea sencilla para el conjunto bermellón. Tras unas horas de avión, un par de entrenamientos y un hotel de concentración aguarda un equipo joven, con hambre y con mucha pero que mucha calidad. Puede que los de Álvarez sean el equipo que mejor juega en el Grupo III. Pero el fútbol son los resultados y por eso es el Mallorca quien está donde cualquiera querría estar.
Ya costó en Son Moix. Un sensacional gol de Lago Junior dió una mínima ventaja a los de Moreno que acabó siendo definitiva. Los visitantes merecieron mucho más. El empate, como mínimo. Imanol, Raba, Leo Suárez, los goles de Adrià Dalmau. El filial del submarino amarillo tiene muchos motivos para creer en la proeza, pero en lo que más tiene que creer es en su juego. Pese a no estar en la mejor de las dinámicas, los jugadores del conjunto de la Comunitat de Valencia tienen una tremenda calidad y una virtuosa capacidad de asociación que pone contra las cuerdas a cualquiera.
Una auténtica final va a ser la que se dispute el próximo domingo en la ciudad deportiva del conjunto amarillo. Los bermellones, a por el golpe definitivo y los locales, a reducir más la distancia para intentar asaltar en un futuro inmediato el liderato de la tabla. El partido más importante para ambos en lo que queda de temporada, en el que Vicente Moreno recupera a muchos de los jugadores que fueron baja ante el Ebro. Pónganse cómodos, el espectáculo está más que servido.