Pere Ribes marchó caminando del campo sin decir ni mu. Habló lo menos posible en su tradicional análisis en Ràdio Olot tras empatar ante el gigante de la categoría. Él sabe que su equipo no está, ni mucho menos, en su mejor momento. El padre de Pere le agarró con la mano mientras la otra transportaba el transistor en peligro de extinción en esta época presente. La radio, concretamente las narraciones de David Planella, es el órgano fundamental donde Pere interpreta y crea el esqueleto de un encuentro. La voz de David coloca en la mente de su oyente más fiel todo acontecimiento desarrollado en el transcurso de los noventa minutos. Para David, y el resto de su equipo, es una forma inmejorable tener vigente constantemente que el despiste tiene la menos cabida posible en sus locuciones. Pere es el sparring, la tensión productiva positiva de unos jóvenes que forman L’Olot a Ràdio Olot, el programa que retransmite todos los partidos del equipo grana bajo el interés vecinal de conservar una radio municipal y el esfuerzo de gente joven con ganas de aprender y desarrollarse en lo que les gusta: comunicar e informar.

La ilusión bien motorizada es casi invencible. Siempre ha sido clave en la construcción de un camino tener, si es posible, unos referentes para enriquecer activamente el contenido. Escuchando la emisión del programa no es difícil hacer un símil con La TDP,  el buque insignia de la narración de futbol en radio y en catalán. Aunque son palabras mayores. El programa de Catalunya Ràdio, gracias a una audiencia fiel y una cobertura de calidad con Joaquim Maria Puyal y todo su equipo (medio público y cualidad son palabras que sorprendentemente aun casan), siguen apostando, tras más de cuarenta años de vida, en un producto digno que coloca la información por encima de cualquier otro aspecto. Suena triste escabullirse a escuchar La TDP para volver a la racionalidad del sector.

Planella empieza la retransmisión con un speech poniendo énfasis en todo los precedentes del partido catalogando el de esta jornada por el equipo del programa como «histórico». A partir de ahí aparecen las diferentes voces (David Bosch, Pau Masó y Silvia Sotillo), más Xavi Bravo en la producción que dan cuerpo al programa en un rol más o menos determinado. Empieza una previa machacada bajo datos, estadísticas y efemérides bien estudiadas,  reflejo de ello es la copiosa cantidad de papeles que atesoran encima del set profesionalmente montado en el Estadi Muncipal. Llega el turno de Silvia Sotillo, que nutre al oyente con los resultados de la encuesta semanal en Twitter: ¿Qué creéis que pasará ante el Mallorca? Ganó la opción más negativa con un treinta y cinco por ciento: «Nos pasarán por encima». Eso mismo afirmó Lluís Canal, socio número treinta de la Unió Esportiva Olot, y él mismo añade: «¡Y socio número uno del Atlètic Olot!». Lluís siempre se sienta en el mismo sitio o mejor dicho, siempre se sitúa en el mismo lugar: de pie y apoyado en una barandilla justo después del área de prensa en el sector de tribuna. «No hay calés«, cuenta sobre una plantilla actualmente en descenso confeccionada un año después de la esperada vuelta a Segunda División B. Canal, conocido a guasa como Lluís VIII de Sant Privat, relata el comienzo de Miquel Soler, oriundo de Olot, como futbolista. «Solía llevarle al entrenamiento del Atlètic Olot junto a mi hijo. Después jugó en la Unió Esportiva Olot y no se cansaba de correr toda la banda. Recuerdo a un señor mayor que le decía todo el rato inepto, que no valía (ríe)». Lluís Canal, octogenario, también narra cómo jugaba él al fútbol de mal dando solo patadas y la curiosa relación motivacional con un entrenador que tuvo su hijo, prometiéndole chupitos de Ratafía por cada gol que marcara el equipo. Bebió muy poco.

Pere interviene en la retransmisión en Ràdio Olot junto a David Planella. Al mes de nacer, a Pere le diagnosticaron un virus respiratorio sincital, causa de su invidencia. Quiere ser periodista de mayor.

Pocos minutos antes de empezar el partido, Canal señala la montaña más próxima al campo. «Se llama Sant Francesc y es un volcán bien dormido». Y es que en la Garrocha, comarca de Olot, hay más de cuarenta volcanes que conforman un parque natural único en la península ibérica, aunque Lluís Canal piensa firmemente que poco desarrollo se está llevando a cabo en dar a conocer ese fantástico paisaje. Cambiando fugazmente de tema prosigue: «¿Puedes conseguirme un llavero del Mallorca? Tengo más de diez mil. ¡Hasta tengo llaveros nazis!», señala justo cuando el balón rueda en el verde natural del Estadi Municipal, siendo el Mallorca monologuista del ataque en la primera mitad. Más tarde ningún equipo decantaría el marcador, aunque, en los últimos compases, el Olot se gustaría encaminado al ataque. Pero los visitantes, gran músculo del certamen de bronce, tuvieron la última oportunidad.

«Pues una muy buena valoración. Jugabas contra el líder. Jugabas delante de tu afición. La victoria era muy importante pero, escucha, el líder es el Mallorca que tiene jugadores que habían estado en Primera División, el Mallorca también había estado en Primera División, y al final has sacado un empate a cero positivo». Fue la intervención postpartido de Pere Ribes que, con tan solo once años, captas rápidamente su fantástica autoridad de sus palabras debido a la instrucción auditiva de consumir radio y una tele menos radiofónica. Él, siempre con la camiseta de Olot y también de sentimiento bético, se va a comer pero Planella, David, Sandra, Pau y Xavi siguen con el último tramo de la retrasmisión. Casi cuatro horas de directo radiando un evento deportivo prácticamente amateur deberían dar sus frutos. Uno de ellos sucedió el pasado mes de octubre, donde la ONCE concedió al programa el Premi Solidari por la inclusión de Pere en las retransmisiones. En Olot el frío apretaba. Algún día habrá que volver. Principalmente porque tengo el llavero para Lluís VIII de Sant Privat.