En los últimos minutos del partido Real Madrid y F.C. Barcelona han salvado los muebles en sus salidas al Coliseum Alfonso Pérez y al Wanda Metropolitano, respectivamente. En el caso de los blancos, el gol de Cristiano Ronaldo en el minuto 85 sirvió para sacar los tres puntos, mientras que el tanto de Luis Suárez a ocho minutos del final sirvió para evitar la primera derrota del Barça en liga.

El conjunto de Zidane afrontaba el encuentro en el Coliseum siendo sabedor de que el F.C. Barcelona tenía por delante una de las salidas más complicadas del campeonato, lo que suponía una oportunidad única para recortar distancias en la clasificación. Sin embargo, no iba a ser un camino de rosas el encuentro ante los de Bordalás. Como viene siendo habitual, el conjunto azulón puso contra las cuerdas a los de Zidane durante más de 80 minutos y puso en verdadero peligro la victoria de los blancos.

Se presentó en el Coliseum Alfonso Pérez un Real Madrid que salió a ser dominador ocupando continuamente campo azulón, pero sin demasiada profundidad. Tan sólo un tiro desbaratado por Guaita y un par de acercamientos al área se contabilizaron hasta el gol de Benzema al borde del descanso. Por su parte, el conjunto de Bordalás sin ser dominador de balón, sí fue dominador de juego, ya que era quien llevaba el ritmo de partido. El Getafe contrarrestó francamente bien las transiciones del Real Madrid parando el ritmo de juego con numerosas faltas, que permitían continuamente posicionar a todo su equipo por detrás de balón y dificultar así el ataque blanco. Defensivamente el Getafe se mostró muy organizado y contundente, a pesar del gol que fue un error de Cala que acabó con un castigo severo de Karim Benzema, alternando repliegue en campo propio con momento de presión alta para obligar al Real Madrid a jugar más directo. Sí es cierto que en el plano ofensivo el conjunto de Bordalás apenas inquieto a Kiko Casilla y no empezó a generar hasta el comienzo de la segunda mitad, donde consiguió meter al Real Madrid en su propio campo durante el primer cuarto de hora, viéndose así recompensado su esfuerzo con el gol de Jorge Molina.

Sin embargo, cuando más cómodo se encontraba el Getafe en el terreno de juego, apareció Isco, la magia blanca, para coger el timón del partido y encerrar al conjunto azulón en su propio campo. El andaluz, ayudado por los cambios de corte defensivo del técnico azulón, acabaron con todo el quehacer ofensivo del Getafe y permitió al Real Madrid acercarse de manera más notoria al área de Vicente Guaita, nuevamente salvador del conjunto azulón. Cuando todo parecía llegar a su fin, el malagueño decidió acabar con la agonía blanca y aprovechando el cambio de sistema del «Geta», quien pasó a línea de 5, puso un balón a la espalda del recién entrado Bruno González para que Cristiano Ronaldo se estrenara en competición liguera y para dar vida al Real Madrid en una liga que parecía alejarse por momentos.

Sabedores de esta victoria visitaba por primera vez el F.C. Barcelona el Estadio Wanda Metropolitano. El conjunto de Valverde llegaban invictos con pleno de victorias y no pudieron continuar su dinámica. Los primeros instantes en el feudo madrileño llevaban el guión previsto y que fue el que se dio a lo largo de todo el partido: el Barça dominador de balón frente a un Atlético de Madrid replegado que buscaba salir rápido a la contra tras recuperación. Aunque sí es cierto que los del Cholo iban en presión alta en todas las acciones paradas en campo blaugrana. De hecho, así llegaron las ocasiones más claras de los rojiblancos, es decir, con recuperación en campo rival y transición rápida que pudieron adelantar a los locales si no llega a ser por un inconmensurable Ter Stegen. Sin embargo, el arquero no pudo dar respuesta al zurriagazo de Saúl que entró en la portería rozando el palo y sirvió para adelantar a los del Cholo Simeone en el marcador, que se lo estaban mereciendo.

Al igual que en el derbi entre Getafe y Real Madrid, el equipo que menos posesión de balón tenía, Atlético de Madrid, era el dominador de juego, puesto que se encontraba realmente cómodo sobre el campo. Ordenado y sin fisuras defensivas, el Atlético de Madrid esperaba en campo propio a partir del gol dispuesto a salir rápido para matar el partido. Si bien es cierto que a raíz del gol no dispusieron de excesivas ocasiones, también es verdad que apenas sufrieron defensivamente y solventaron a la perfección todas las acciones ofensivas blaugranas. Este mismo guión se mantuvo toda la segunda mitad, donde tan sólo se cuentan un par de acercamientos del Barça antes del gol de Luis Suárez. Tras una posesión larga de los blaugranas, el balón llegó a banda, desde donde se puso un centro lateral a la cabeza de Luis Suárez que sirvió para callar, de manera literal por parte del uruguayo, al feudo rojiblanco. Tras el gol, el Cholo pedía tranquilidad a sus futbolistas conformándose con el empate, ya que los rojiblancos estaban acusando la fatiga y cerca estuvieron de ver volar el punto, en una acción que por milímetros no tocó Luis Suárez para meterla en la portería. Al final tablas en el marcador en el que, por ocasiones, mereció el conjunto local la victoria.

Foto: LaLiga