La cuarta jornada de Tercera División nos ha deparado un duelo entre dos equipos de expectativas diferentes pero de presente semblante. El Esporles ha visitado el campo del Ferriolense y, tras 90 interesantes minutos de fútbol, no ha dejado indiferente a nadie. El equipo de Llistó acudía con el cartel de no favorito, pero la suerte no ha sonreído a los locales, que han sumado su tercera derrota en cuatro partidos de campeonato.

Enfundados en zamarra verde, los visitantes sorprendieron desde el inicio con una línea de mediapuntas con calidad y presencia en la medular, una defensa organizada y con elegantes repliegues y unas bandas profundas con laterales activos en ataque y trabajadores en defensa. La actuación del Ferriolense también ayudó en la acometida visitante. Los locales fueron de más a menos, con una buena intensidad inicial que se fue diluyendo a medida que a su 10 se le acababa la gasolina. Perdidos y sin ideas en la creación y desacertados en la concentración defensiva.

Pero sin duda, el factor determinante para que los visitantes se llevaran los tres puntos fue uno: el balón parado. Cada saque de esquina o ejecución lateral suponía un drama para los azulones. Y así llegó el gol, en una falta en el sector izquierdo del campo. Uno de los centrales del Esporles aprovechó el centro y con un gran cabezazo batió al portero local para establecer la ventaja mínima antes del final de la primera parte que acabaría siendo definitiva.

0-1, tres derrotas en cuatro partidos y los puestos de descenso. Un sábado para el olvido para jugadores y vecinos de Son Ferriol. Todo lo contrario que para los visitantes, situados comodamente en la zona media de la tabla clasificatoria y con la mitad de los puntos posibles en el bolsillo. Otra gran tarde de fútbol en la mejor liga de las Islas Baleares.