Querer pero no poder

El empate es una derrota. El Mallorca tenía la obligación de ganar un partido para creer en el milagro de la permanencia, un milagro que dificilmente no se va a producir. El conjunto balear jugaba contra un rival directo, en casa, con la clara necesidad de obtener tres puntos vitales. Todos los rivales habían puntuado, y ganar hubiese supuesto un estímulo importante. Sin embargo, el empate cosechado deja al Mallorca a 8 puntos de la salvación.

El partido, además, ha terminado igual que en el Mallorca-Nástic: una gran multitud de aficionados mallorquines han esperado tanto a jugadores como a directiva a la salida del estadio. La afición, enfadada, no aguanta más y quiere ver una reacción.

El Mallorca empezó bien el partido. A los pocos minutos del pitido inicial, el conjunto local ya había creado una ocasión y, posteriormente, había anotado el primer gol. Todo parecía salir a pedir de bocas. Minuto 2 y Lago Junior anotaba tras un rechace en el área.

El Mallorca es vigésimoprimero con 33 puntos, a 8 de la permanencia

Tras el gol, el Córdoba empezó a dominar. Los andaluces tenían la posesión y el Mallorca, por su parte, parecía haberse relajado. Barjuan, viendo su once, quería basar sus ataques en contras. Con Lago, Salomao y Pol Roigé la velocidad estaba explicita. Las primeras ocasiones del Córdoba llegaron, y Santamaría las solventó.

En el minuto 20 llegó la igualada. El dominio del Córdoba se tradujo en el gol de Pedro Ríos. Galana centraba desde la derecha y Ríos, solo, anotaba a placer. El Mallorca intentó reaccionar, pero el partido se convirtió en un tuya-mía. Ocasiones para los dos equipos, con un Mallorca que fue de más a menos.

La segunda parte parecía un deja vú de la primera. Al menos por las ganas del Mallorca nada más empezar los segundos cuarenta y cinco minutos. El conjunto local buscaba con ahínco el gol de la victoria. Los baleares tenían intensidad y ganas, mientras que los andaluces salieron con mucha parsimonia. Aún así, no había ocasiones claras.

La afición, cabreada, espero a la directiva y a los jugadores en los aledaños del estadio de Son Moix

Moutinho y Lekic tuvieron el 2-1. Barjuan movió el banquillo y Moutinho y Lekic tuvieron las ocasiones más claras para adelantar a su equipo. El suizo tuvo dos disparos con peligro, pero el portero rival hizo buenas paradas. Lekic tuvo una aún más clara, tras un centro de Vallejo, el serbio controlaba solo en el área y rebatana, pero el portero del Córdoba haría otra gran parada.

Un Mallorca que acabó buscando el gol a la desesperada terminó con la paciencia de la afición. Una afición que tiene que ir asimilando que el conjunto balear va a descender. El próximo partido de los de Barjuan es contra el Sevilla Atlético, todo un recién ascendido que esta cuajando una magnífica temporada. Los milagros existen, pero lo del Mallorca es insalvable.