Pinchó el Madrid ante el Atlético pero el Barcelona no lo supo aprovechar y se dio un batacazo enorme a manos de un Málaga que certifica la permanencia. Por abajo el Granada se deshace y cada día está más lejos de la permanencia.

Era un fin de semana señalado en rojo por todos porque el Barcelona podía ascender al liderato y, lo más importante, depender de sí mismo. Pero no fue así. A primera hora de la tarde el Madrid se encontró con sus propios fantasmas cuando tuvo al Atlético contra las cuerdas y no lo supo noquear. Como los boxeadores que no aprovechan su oportunidad, el conjunto de Zidane se echó a dormir a falta de diez minutos pensando que ya lo tenía todo hecho. Pero no contaba con la reacción de un Atlético, hasta entonces apoyado en las paradas de Oblak, que igualó la contienda y que si el encuentro se alarga un poco más quizá le podría haber dado un disgusto mayor. El partido fue bastante flojo -a mi entender- porque el futbol escaseó. Ninguno propuso en la primera mitad, exceptuando algún ataque del Madrid que no llegó a buen fin. La segunda mitad se animó un poco más al abrirse los equipos y al lograr el conjunto merengue adelantarse en el marcador gracias a un gol de Pepe. Luego pudo sentenciar el líder pero se encontró con el meta atlético. Con todo por decidir el Madrid entró en modo ‘descanso’, confiado porque no había sufrido hasta entonces, y la lió. Sí, porque Simeone movió el banquillo, dio paso a Correa y los colchoneros se echaron hacia adelante. Llegó el gol de Griezzman y si se alarga un poco más quizá se hubieran llevado los tres puntos porque al Madrid se le hizo de noche. Empate final y todos mirando a La Rosaleda.

Y allí, a 500 kilómetros al sur, saltó la ‘liebre’, es decir, la sorpresa de la jornada. Un Barcelona en rotación, con cambios por sanciones y porque Luis Enrique dio descanso a algunos titulares, se lió la manta a la cabeza y cedió ante el mejor Málaga de la temporada. Y además perdió bien, con justicia. Lo peor no llegó con la derrota, sino con la expulsión de Neymar -también justa- y los posteriores comentarios que le pueden costar su presencia ante el Real Madrid la próxima semana.

Como se esperaba, el Málaga -la ‘bestia’ de Luis Enrique- propuso un partido complejo, con cinco defensas y mucha presión, para intentar desactivar el centro del campo culé y al tridente. Y lo consiguió. La MSN no funcionó en toda la noche, perdida en su inoperancia. para colmo de males, como suele suceder, el primer gol local lo marcó Sandro, ex barcelonista, después de una carrera desde su propio campo aprovechando la candidez de Mathieu. El gol incentivó a los de Míchel, que aguantaron sin problemas hasta el descanso. La segunda mitad fue distinta. El cansancio físico y las necesidades blaugranas hicieron que el choque se abriera con un fútbol más eléctrico y con ocasiones claras, sobre todo para el Málaga, que hizo mucho daño a la contra. Para romper más a su equipo, Neymar vio la segunda amarilla por una fuerte entrada y se fue a la caseta. Lo peor fueron sus aplausos y comentarios al asistente, que le pueden costar al menos dos partidos de sanción y no poder jugar en el Bernabéu. El recital final de Gil Manzano, el trencilla, de poco sirvió. Anuló un gol legal a Peñaranda y no señaló un penalti a Sergi Roberto (sacó fuera del área la falta). Jony ejecutó la victoria y la mejoría del Málaga en el descuento. Lo que quedó claro es que Luis Enrique no espabila con sus rotaciones, siempre le salen mal, y la segunda unidad es un fracaso. Más de cien millones de euros en fichajes tirados a la basura porque los Mathieu, Denis, André Gómes … no dan para más. A estas alturas casi podemos decir que el Barcelona tira LaLiga.

Por fin volvió a la senda de la victoria el Sevilla, aunque sufrió para deshacerse de un Deportivo enorme arriba pero muy flojo en defensa. Los de Sampaoli respiran y se acercan al Atlético en su objetivo de meterse en Champions. Además, el Villarreal golpeó al Athlétic, al que derrotó con solvencia y de paso alejó de los puestos UEFA, donde ahora se ha colado el Éibar, actor inesperado en esta película. Los de Mendilíbar continúan su racha y derrotaron al Celta en Balaídos, donde demostraron ambición y, sobre todo, pegada.

También quiere engancharse a la pelea por Europa el Espanyol, que mantiene su buena línea y derrotó a un Alavés que ha perdido un poco de ‘punch’ en las últimas semanas y quizá está pagando su esfuerzo durante estos últimos meses.

El que viene fuerte, por fin, es el Valencia, que humilló a un Granada desconocido, romo, que volvió a perder en casa y que se complica la permanencia. Parecía que los jugadores de Alcaraz no se jugaban nada porque apenas presionaron ni lucharon, como demostrando que se ven ya en la Liga Adelante. Y aunque restan siete jornadas entrar en esa dinámica te lleva al hoyo de forma directa. En un choque frenético y con mucho en juego Osasuna derrotó al Leganés con un gran Sergio León. Todavía tienen esperanzas los rojillos de evitar lo que parece inevitable aunque su calendario es durísimo porque tiene que viajar a Villarreal, Calderón y Camp Nou. Casi nada. Los ‘pepineros’ no salen del atolladero y deberán seguir remando después de dejar escapar una magnífica oportunidad.

En el choque que cerraba la jornada Las Palmas aplastó a un Betis indolente que está comenzando a jugar con fuego. Se mantienen bien los canarios mientras que los sevillanos continúan inmersos en una gran crisis, tanto institucional como deportiva. Habrá que ver si consiguen solucionar sus problemas en las próximas semanas.

La Real Sociedad y el Sporting cierran esta noche esta larga jornada y la trilogía de la última semana. Los vascos, muy ‘espesos’ en las últimas fechas, necesitan los puntos para volver a posiciones europeas mientras que los asturianos deben puntuar si aún aspiran a mantenerse en LaLiga. Partido clave y emocionante.