No es la primera vez que vemos desfilar por la sala de prensa de Son Bibiloni a un integrante del Dream Team de Johan. Sergi Barjuan, llegado hace apenas tres días, se ve en la tesitura de tener que ganar, casi por obligación, a una Nástic al alza. Ni la situación deportiva ni la extradeportiva son las mas indicadas para conseguirlo, pero el entrenador barcelonés deberá poner la primera piedra si no quiere repetir la mala experiencia de Almería.
«Que ellos mismos sean conscientes de quien son, tanto a nivel individual como colectivo». En sus primeras palabras ya se podía atisbar el resto del discurso de Barjuan. El técnico, sin suficiente tiempo para preparar los aspectos puramente tácticos, ha optado por trabajar la psicología y el ánimo de los jugadores para que estos recuperen cuanto antes la confianza en ellos mismos y en el equipo. Y resalta el conjunto, afirmando que, quién se quiera apartar o no crea, no jugará, independientemente de su estatus. Asimismo, a la vez que descartará trabajar con el jugador que sea contrario a este principio, admite que, desde un principio, cuenta con todos ellos. ¿También con Óscar Díaz? En efecto. De hecho, el madrileño entra en la convocatoria para el partido del sábado, volviendo, tras mucho tiempo, a la dinámica competitiva del equipo.
Ya centrado en el aspecto individual, Sergi declara estar contento con el nivel de la plantilla: «Tenemos buena materia prima y hay que sacarle el máximo provecho. No consentiré que bajen los brazos». Hablando del particular deficit del Mallorca, la falta de gol, culpa a la ansiedad de los jugadores, a la prisa por acabar rápidamente las jugadas de ataque, condicionada por los malos resultados cosechado en los últimos meses.
Sergio Barjuan hace esfuerzos por conocer el ambiente del club, quizás buscando la raíz de los problemas que sufre el equipo a día de hoy: «He hablado con varios entrenadores que han estado aquí». Entre ellos, el propio Olaizola, Lluís Carreras y dos de sus compañeros en el Barcelona, Albert Ferrer y Miguel Ángel Nadal. Además, tras pasar un tiempo en en dique seco, ha tenido la oportunidad de ver jugar y analizar a la amplia mayoría de equipos de la categoría, incluyendo el que será su primer rival: «Juegan con defensa de cinco, lo que hace a sus dos carrileros muy peligrosos. No les incomoda esperar en su campo y salir rápido tras recuperar el balón».
«Cada minuto aquí tiene que ser productivo para poder sacar esto adelante»
Por último, ha aprovechado para llamar a la afición, a la que considera esencial para sacar la situación adelante. «Los jugadores les necesitan como el aire que respiran. Quiero que sepan que el equipo que salga carrera e irá a por el rival», declaraba el recién nombrado entrenador del Mallorca. Tampoco ha perdido oportunidad para alejar a los escépticos de Son Moix: «Quien sea pesimista, que lo vea por la televisión».