La sensación es buena, pero ser aficionado del RCD Mallorca es frustrante. Muy frustrante. El equipo parece haber mejorado notablemente el juego y se ha convertido en un conjunto competitivo en todos los aspectos. Pero dejar una buena imagen en Girona no es suficiente, aunque con la imagen dada el equipo puede marcar ese partido como un claro punto de inflexión para lo que resta de temporada. Por un lado, en dicho partido, el Mallorca mereció ir ganando al descanso; por otro, porque el conjunto balear necesita ganar -aunque lo haga jugando mal, como sea-.
El efecto Olaizola -si es que hubo efecto- ya es historia. El míster vasco no ha conseguido cambiar la dinámica negativa de Fernando Vázquez en cuanto a resultados. El Mallorca, sin embargo, ha conseguido mejorar su juego, plantando cara a equipos que luchan por ascender como el propio Girona o, en jornadas pasadas, el Getafe, Cádiz u Oviedo. La imagen dada en esos partidos no es acorde a los resultados cosechados.
El Mallorca parece que va de menos a más, cosa que no se tranforma en buenos resultados
El aficionado mallorquín está cansado. Cansado de ver a su equipo luchar año tras año, temporada sí y temporada también, por no descender -ya sea a Segunda como a Segunda B, y es que esta situación viene de largo-. Ver con impotencia cómo tu equipo pierde tras realizar un notable partido ante un equipo que está arriba de la clasificación, es una sensación que ya hemos experimentado bastante.
Por ello, lo que ha este equipo le falta es dar un último paso. El paso definitivo. Dar un puñetazo en la mesa y decir: «somos el Mallorca, estar en esta situación crítica año tras año no corresponde a la historia del club». Y por eso, aunque el aficionado esté frustrado, ahí estará. Porque el aficionado mallorquín es así: se queja cuando se tiene que quejar, pero siempre da la cara por su equipo.
El Mallorca ha conseguido plantar cara a equipos que luchan por ascender, como Girona, Getafe o Cádiz
La anterior cita se conseguirá si los jugadores mantienen el nivel mostrado desde la llegada de Olaizola. Porque, reitero, los resultados no están acorde a los resultados. Si el equipo bermellón da todo lo que tienen dentro, como pasó ante el Girona, la salvación estará más cerca. Hagamos de esa derrota un punto de inflexión. Convirtamos esa derrota agria, en una lección con transfundo dulce.