No os engañéis. Hace, justamente, un año se debatía sobre la inversión de Modric y no, precisamente, por algo positivo, y hace, justamente, un año, en futbolmallorca.com publicamos un artículo en el que pedíamos paciencia. No nos echamos flores, no, ni tampoco os queremos abrir los ojos, pero, sin duda, ésta es una de las mejores demostraciones de que, con poco, nos basta para cebarnos, vulgarmente hablando, con algunos jugadores.
A la mínima que un jugador falla, se le recrimina su actuación. El caso de Modric es, precisamente, un argumento más. Un jugador como el croata vale 40 millones, o no, lo que no podemos hacer es exigirle que amortice su fichaje. El medio centro blanco no tuvo a culpa de costar 40 kilos, la tuvo Levy, no hay más. La confianza es el factor más determinante para que un jugador rinda, y eso se lo tiene que dar la afición.
Pero, independientemente del precio, Modric era ya en el Tottenham un jugador que atraía, aparte de más protagonista. Llevaba la batuta de su equipo e incluso marcaba las diferencias en el pivote. Por tanto, el fichaje no fue malo. Rindió a partir de la segunda mitad de temporada con la blanca, pero es normal, por un concepto bien sencillo, que es el de adaptación.
Xabi Alonso, Kaká o Benzemá necesitaron mucho más tiempo y nadie debatió el precio, hasta hace poco, con el caso del brasileño, Pero, a pesar de esto, debo confesar que me alegro por Modric, y por esa opinión abierta que reclamaba una explicación por dicho traspaso, es decir, me alegro de que Luka haya callado muchas bocas.
El pasado domingo se demostró lo inocentes que somos con el fútbol. Modric rindió y se le coreó su nombre. Para mí, esa reacción fue un tanto infantil, me explico. Cuando el jugador protagoniza una mala racha, hay que machacarle, y recordarle lo que costó, pero si destaca, hay que ovacionarle, como si Modric hubiera marcado toda una época. Aplaudámosle como bueno que es y démosle apoyo para que se suelte. Aplaudámosle sabiendo porque lo aplaudimos y siendo justos. Modric solo es un ejemplo. También podemos aplaudir a Alexis, Benzemá, Diego Costa en su momento… Son jugadores que valen, pero valen si les ayudamos, no si les insultamos.