Con el Madrid en Japón ganando el Mundialito (eso sí, en la prórroga y con más problemas de los esperados), LaLiga arrancó la última hoja liguera del calendario de este año asistiendo al espectáculo del Barcelona y a la rebelión de los aspirantes a jugar en Europa, que dieron un golpe sobre la mesa. Todo lo contrario que Osasuna, Granada y Sporting, que caminan con firmeza hacia el abismo.
El Barcelona aprovechó el derbi con el Espanyol para sacar a pasear la magia de Iniesta y Messi y ofrecernos una nueva clase magistral de lo bello y plástico que puede resultar un partido de fútbol. Jugadas espectaculares, regates inverosímiles, controles estratosféricos…todo eso lo disfrutamos anoche en el Camp Nou. No hay nada que comentar, sólo relajarse y prepararse para disfrutar con dos jugadores que parecen bailarines. Sí, Cristiano Ronaldo ha ganado su cuarto Balón de Oro, Messi tiene cinco, pero es indudable que la calidad en favor del argentino es abismal. Así lo siento y así lo digo, aunque moleste a algunos. Lo que hace el argentino no se lo hemos visto al portugués, un animal del área, del gol, pero poco más sobre todo ya a su edad. Ver a Messi, aún hoy incluso más alejado del área, es asistir a una clase magistral de un maestro, de una leyenda. Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina; Messi utiliza sus pies como brocha para pintar el fútbol cada día que asoma por un campo de fútbol. No hay más que comentar.
Continúa el Sevilla con fortaleza en la parte alta. El sábado se deshizo en diez minutos mágicos de un Málaga que deambuló por el césped sin saber por dónde venían los tiros. Juande Ramos puso cinco atrás para defender y encajó cuatro goles como cuatro soles en un periquete. Vamos, que le salió el tiro por la culata. Después de la borrachera goleadora los sevillistas se dedicaron a marear el balón y a dejar pasar el tiempo para completar un 2016 de ensueño. Su rival, el vecino Málaga, y su entrenador deberán espabilar porque un equipo de élite no puede arrastrarse así por los campos.
El Atlético, por fin, volvió a la senda del triunfo gracias a un espectacular gol de Saúl ya en la segunda mitad. Pero no lo tuvo fácil y, lo peor, tampoco dio síntomas de una gran recuperación. Las Palmas fue superior en muchas fases del encuentro, tuvo mayor dominio del esférico y se posicionó mejor. No obstante, le faltó fluidez en ataque y, sobre todo, acierto ante la meta de un Moyá espléndido en su retorno a la competición. Las vacaciones pueden ser un soplo de aire fresco para los de Simeone, un poco apagados en el último mes y con Griezzman desaparecido en tareas goleadoras. Tampoco falló la Real Sociedad, que se deshizo con suma facilidad de un Granada que no arranca y al que comienza a apremiar el tiempo. La superioridad de los vascos fue evidente y tras una primera mitad contemplativa en la segunda decidieron pinchar el estoque definitivo en el cuerpo de un Granada que se desangra y que parece no tener muchas soluciones, aunque aún resta casi media temporada por jugar.
Tampoco se quiere quedar atrás el Villarreal, que supo domar desde el primer minuto a un Sporting con el alma en los pies. Abelardo ha comentado que no dimite, pero su situación empeora cada semana porque él mismo reconoce que no da con la tecla. Su reunión próxima con el presidente del club puede permitir que intuyamos hacia dónde va el club y si se vislumbra algún cambio en el banquillo. La plantilla es floja, pero es lo que hay. El Villarreal sólo tuvo que ponerse las pilas los primeros minutos para colocarse con dos goles de ventaja y marcar una distancia imposible de enjugar para un conjunto asturiano roto y hundido moralmente.
Paso importante del Alavés en su intento de mantener la categoría tras su triunfo ante el Betis y por tanto paso atrás de los sevillanos, que no terminan de alcanzar la regularidad necesaria para evitar problemas. Igualdad entre Leganés y Éibar. Los ‘pepineros’ se pusieron por delante pero sufrieron la expulsión de su portero Herrerín y necesitaron tirar de coraje y lucha para aguantar los puntos. Al final, como se preveía por la presión armera, llegó el empate y ambos se conformaron con un punto. Mientras, el que ha pegado un salto en la tabla es el Deportivo, que se deshizo del Osasuna con suma facilidad y ve el futuro con optimismo. Al contrario que los navarros, que sólo se pueden salvar si todos los astros se unen en su favor porque volvieron a perder en Riazor y demostraron que están muy lejos del nivel necesario para un equipo de la máxima categoría. Ni Caparros ni los posibles fichajes invernales le van a dejar en LaLiga.
Como le gusta a Tebas y a los dirigentes de LaLiga, esta noche concluye la última jornada de 2016 con un buen encuentro: Athlétic-Celta. Igualdad máxima entre dos rivales que no están siendo muy regulares, pero ventaja, creo, para los vascos por aquello del factor campo.
De esta forma estamos llegando casi al ecuador de la temporada, pero eso ya será en enero. Por tanto, muchas felicidades a todos y a pasar buenas fiestas porque los disgustos futbolísticos -cuando pierden nuestros equipos- hay que dejarlos reposar, que ya vendrán tiempos mejores.