Dicen que la genética en los deportes tiene un vínculo importante y en este caso se cumple. El padre, también Mateu Ferrer, llegó a competir en Segunda División B con el Constancia en la década de los ochenta y noventa anclado en el mediocentro del Camp Nou d’Inca. Mateu hijo mamó el ir a ver jugar a los grandes y soñó en competir algún día de domingo en el verde natural de Inca, cosa que se cumplió incluso dirigiendo dentro al equipo en la categoría de bronce con el brazo izquierdo apretado. Se considera “anti” de ningún equipo, es más, dice guardar buenos recuerdos de todos los que se ha enfundado su camiseta. El Mallorca es uno de ellos, donde le vio entrar con trece años, salir con diecisiete y regresar con contundencia a base de goles. Ahora lleva tres semanas y media lejos de la isla por primera vez en su vida eligiendo Pontevedra para seguir apostando en esto llamado fútbol.

La isla se echa en falta.

Sí, sí, pero la verdad es que de momento lo llevo bien. Si que se hace raro no estar al lado de tu familia y amigos pero bueno si quería seguir jugando a buen nivel tenía que salir y tomé la decisión y de momento no me arrepiento. El tiempo pasa rápido.

¿Por qué Pontevedra?

Por muchas cosas. Tanto la directiva como el entrenador confiaron mucho en mí con mucha insistencia y en todos los aspectos me interesaba más esta opción y al final decidí venir aquí. Después también el doctor Beltrán (expresidente del Real Mallorca) me acabó de convencer. Se puso en contacto conmigo y me explicó cómo funcionaba el club. Él (Bartolomé Beltrán) conoce la familia de la presidenta (Lupe Murillo), a los directivos y bueno ya que era mallorquín me echó una mano. También me contó cómo era la ciudad y me ayudó mucho a decidir que fíchese por el Pontevedra. Estoy muy contento y solo tengo palabras de agradecimiento hacia él.

¿Qué objetivo os marcáis?

Aquí son prudentes. Ellos quieren quedar mejor que el año pasado (la temporada anterior el Pontevedra quedó noveno) pero saben que hay equipos con mucho más presupuesto económico. Intentaremos mejorar. El entrenador es de la filosofía partido a partido. Él confía en nosotros y nunca se sabe al final. Tenemos mucha ilusión y ganas de hacer las cosas bien.

¿La espinita de no hacer el playoff la temporada pasada aun pesa?

Sí es verdad que te queda este sabor agridulce y, quieras o no, el jugador lucha para estar en los momentos decisivos. Toda la temporada para este momento y después de hacer una muy buena temporada de todo el equipo fue un poco “chof” para mí. Pero al final se consiguió el objetivo y al final el disgusto no fue tan grande.

Y los goles que hubieras podido rascar…

Pienso que si no me hubiera lesionado algún gol más hubiera podido sumar (29 goles anotó) pero eso ya no se puede saber. Está claro que me hubiera hecho ganas sumar alguno más porque fue un gran año para mí en esta faceta aun así intenté ayudar al máximo al equipo y estoy tranquilo en este aspecto.

¿Sigues el día a día del Mallorca?

Sería fácil decir que no lo sigo pero sí que cuando puedo leo las noticias. Sigo más al Mallorca B que al primer equipo porque dejé compañeros, algún amigo. Intento por Internet seguir los partidos. He podido ver los dos últimos. Una lástima frente al Baleares en el último minuto y menos mal que esta semana pasada pudieron sumar los tres puntos. Me alegré mucho por ellos y a ver si prolongan la buena dinámica porque se seguro que con Javier Olaizola y Julián Robles lo sacarán adelante. El primer equipo ha arrancado un poco irregular pero este fin de semana pasado jugó muy bien y creo que subirán poco a poco porque las cosas si se hacen bien, supongo, irán para arriba. Desearles lo mejora los dos.

Al final no pude ser el debut con el primer equipo.

Siempre he tenido esa pequeña ilusión. Sabía que era muy muy complicado pero bueno esta nunca la pierdes y esperas tener una oportunidad pero no se me dio. Desde dentro te van llegando comentarios que no se me daría y antes de que me lo comunicaran ya lo sabía. Pero ni de decepcionado ni nada. Estoy tranquilo, tengo la consciencia tranquila de que lo intenté por todas las formas posibles y que no pudo ser. Pasar página y a seguir.

Y como se zanjó el verano ni te lo imaginabas.

No es que no me lo esperase, es que dentro de mí cabeza no me planteaba nada. Dejaba que pasaran los días y con un poco de ilusión poder tener una oportunidad en el primer equipo algún día. Cuando hablaron la primera vez conmigo a finales de junio ya me comunican que en el primer equipo no contaban  conmigo pero para el filial en un principio sí.

Pero después llegó Javi Recio.

Me dijeron que estaban muy contentos por el año pasado. El entrenador (Javier Olaizola) quería que yo me quedase, que contaba mucho conmigo y después pues se me comunicó que se pensaba diferente, que había cambiado la filosofía del futbol base y querían a gente joven. Al final lo tienes que aceptar, pasar página. No queda otra. No se acaba el mundo.