Entre los
aficionados al fútbol, se tiende a focalizar los éxitos y fracasos
de sus equipos en figuras individuales, en el jugador que marca los
goles o en el defensa que se ha tropezado y ha permitido al rival
encarar sin presión la portería, algo en lo que no creo, ya que sin
el esfuerzo colectivo, me es impensable pensar que un equipo puede
salir campeón. Cuando un grupo de jugadores está cohesionado, es
temible para cualquier rival, pero un solo jugador, puede unir o
romper ese bienestar, incluso sin hacerlo a propósito, este es el
caso de Xabi Alonso, un jugador imprescindible en los esquemas de
Carlo Ancelotti, ya que no sólo mejora los resultados del equipo,
sino también el juego colectivo.
(Fotografía
Xabi Alonso – Copyright: Getty Images)

En las últimas
semanas nos hemos llenado los oídos de escuchar alabanzas al juego
del croata Luka Modric, algo lógico viendo las magníficas
actuaciones que ha hecho últimamente, sirviendo siempre de apoyo a
todos sus compañeros y buscando el pase desequilibrante. También se
ha hablado de Jesé Rodríguez, quien viene en un gran momento de
forma, mostrando una gran inspiración que han supuesto puntos
importantes para su equipo, pero más allá de las actuaciones
individuales, está la de Xabi Alonso, la actuación individual por
excelencia, ya que él hace posible esas grandes intervenciones de
sus compañeros, siendo el pegamento que une cada una de las piezas
de este Real Madrid.
El tolosarra se
lesionaba tras la primera jornada de liga en un entrenamiento con su
equipo, sin haber debutado aún, ya que llegaba en fase de
recuperación de otra lesión de pubalgia, pero esta vez era el
quinto metatarsiano, algo que conocían muy bien en la enfermería
del club, ya que la temporada pasada, Marcelo había sufrido la misma
lesión. Xabi reaparecía al cabo de dos meses, acortando su
recuperación, encontrándose el equipo con muchas dudas, a seis
puntos del Barça y habiendo perdido ante los culés y el Atlético
de Madrid. En sus primeros partidos fue entrando poco a poco, para
coger la forma física y el ritmo de juego, al mismo ritmo que lo iba
cogiendo el equipo de forma general.
Sin él, el equipo
había logrado tan sólo 22 puntos de los 30 posibles, pero con él,
el equipo suma 35 puntos de 39 posibles y no conoce la derrota,
encajando tan sólo tres goles en los últimos seis partidos. Y es
que Xabi ofrece ante todo, seguridad o lo que es lo mismo, confianza
en sus compañeros, algo que les da libertad para mostrar su
potencial. Su posición por delante la defensa no la había logrado
suplir ni Kedhira ni Illarramendi, donde él se hace jefe del
partido, presionado rápidamente cualquier recuperación rival y
siendo un barómetro para el suyo. Encima ofrece algo necesario para
las características de sus extremos, como son Cristiano Ronaldo y
Gareth Bale, jugadores muy rápidos y profundos que encuentran muy
bien la espalda de la defensa rival, algo que el tolosarra ve a la
perfección y que con un golpeo magnífico, logra hacer unos cambios
de juego esenciales en el juego madridista. Importante es esto, como
su forma de decidir dónde situar las líneas del equipo, no
permitiendo que el equipo se eche demasiado atrás cuando se
encuentra sin balón o no subirlas demasiado cuando el equipo se
encuentra con la necesidad de marcar, haciendo que no se queden
desprotegidos atrás.

Sí, no me gusta
hablar de jugadores imprescindibles, pero en ocasiones no me queda
otro remedio, como en esta, en la que sin duda considero a Xabi
Alonso un jugador imprescindible, no decisivo, pero si necesario para
el bienestar del conjunto.

Quim Pascual Pla