En un período de pleno dominio de dos equipos que hasta la fecha parecían inalcanzables en todos los aspectos, se ha colado un histórico de nuestro país, y es que el Atlético de Madrid ha roto con todos los esquemas, con todas las barreras, ha destrozado todas las apuestas hasta posicionarse como el favorito para llevarse el título liguero, a falta de tres jornadas, que podrían ser dos o hasta una dependiendo de Madrid y Barça.
10 años han tenido que pasar para que Madrid y Barça ya no contemplen el título como una lucha entre dos, exceptuando la 2006/2007, en la que el Sevilla estuvo a punto de llevarse la Liga. La diferencia entre esas dos situaciones es que el Atleti está viendo a Madrid y Barça por el retrovisor y que los colchoneros llevan 15 puntos más que los hispalenses y con 3 partidos menos. Es decir, ya no solo tiene mérito que puedan ser campeones, sino la manera en que lo están consiguiendo, ya que no han perdido frente a Madrid y Barça en sus enfrentamientos ligueros directos y están batiendo sus propios récords históricos.
Los del “Cholo” Simeone llevan 2 años y medio puliendo y perfeccionando un estilo que no es vistoso, pero sí eficaz. No podrán presumir de ser un equipo dominador, ni dinámico, pero si hay algo que sea de admirar en ellos es la solidez, el equilibrio, el trabajo defensivo, todo también gracias a la inestimable ayuda de un portero que, a mi juicio, es el mejor del mundo en estos momentos, y de un delantero que ha progresado de forma espectacular, pese a los obstáculos que se ha encontrado en su carrera profesional.
Todo lo que ha conseguido el Atlético hasta hoy es mérito prácticamente único e incuestionable de Simeone. Ni Gabi, ni Raúl García, ni Mario Suárez, ni Juanfran, ni Diego Costa estarían jugando en este Atleti si el argentino no hubiese pasado por el club (incluyendo a su staff). Todos ellos eran jugadores que no habían gozado de la confianza de los entrenadores que habían pasado por el club. Ni tampoco creo que Godín sería el central que es hoy en día, ya que cuando llegó fue muy cuestionado por la afición. Sin embargo, ahora no podemos imaginar un Atlético sin ellos. Son la columna del equipo, jugadores que se han convertido en “cracks”.
Además de esto, el míster también tuvo ojo para ver la calidad de Koke, y la aptitud de Manquillo y el talento de Óliver Torres, canteranos que son el futuro del Atlético.
Lo dicho, 3 jornadas para que los rojiblancos se lleven el trofeo premia la regularidad y más ahora, en un momento en el que la calidad era lo que daba más puntos, hasta que el Atleti demostró que el esfuerzo puede con ello. Nada es imposible para este equipo, y en el horizonte espera la Champions. No hay motivos para pensar que esto no es descomunal.