Encuadrada
en el grupo H con Rusia, Argelia y República de Corea, la selección de Bélgica
en principio no tendría que padecer sufrimiento alguno para clasificarse como
primera de su cuadro para los octavos de final del Mundial de Fútbol de Brasil.
Los belgas son una selección joven y su crecimiento es exponencial, tal y como
se ha visto en su brillante fase de clasificación para el campeonato. Son los
candidatos más firmes a ser la principal revelación de la Copa del Mundo que se
comenzará a disputar en menos de un mes.
Desde
el año 2002 no participan en la competición, por lo tanto el combinado de Marc
Wilmots viene extra motivado en su labor de querer hacer un buen papel. Con un
plantel bastante completo, podemos señalar que Bélgica tiene algunas estrellas
de renombre en cada una de sus líneas. Sin ir más lejos, en la portería posee a
Thibaut Courtois, que es gran artífice de que el Atlético de Madrid esté ante
uno de los mejores años de su historia deportiva. Éste es su primer Mundial,
por lo tanto será una prueba de fuego que le situará ya entre uno de los
mejores guardametas del planeta, si no es ya el mejor en estos momentos.
En
la defensa también hay hombres importantes que han brillado con luz propia
durante este año. Vincent Kompany ha sido el zaguero más solvente del campeón
de la Premier League, el Manchester City. Además, Jan Vertonghen  y Thomas Vermaelen han realizado una buena
campaña en sus respectivos clubes, Tottenham y Arsenal. E incluso podríamos mencionar
también a Nicolás Lombaerts, que se ha destapado como una sorpresa agradable en
el Zenit de San Petersburgo.
Pero
el foco principal de la selección de Bélgica se sitúa en el medio campo. Marouane
Fellaini, a pesar de las lesiones y de los pocos minutos que ha disfrutado en
el Manchester United, es el gran pulmón del combinado de las Árdenas. Las
notables temporadas de Axel Witsel, Moussa Dembelé o Steven Defour les han
catapultado a la selección. Su madurez será clave para el combinado tricolor. La
recuperación anímica de alguien como Kevin de Bruyne (que comenzó el año
defenestrado por José Mourinho en el Chelsea) también se antoja necesaria para
los intereses de los belgas.
Y
en cuanto a la delantera, es conocida con solvencia la suficiencia de sus
integrantes. Al contrario que De Bruyne, Eden Hazard ha sido el gran baluarte
de un Chelsea que ha llegado a las semifinales de la Champions League. Su
calidad está fuera de toda discusión posible, en poco tiempo llegará a ser uno
de los mejores jugadores del mundo y en el torneo de selecciones más importante
tendrá la gran oportunidad de mostrarse ante los ojos de millones de
espectadores que le estarán observando.
Otro
nombre es el de Romelu Lukaku, que se ha destapado con un gran año en el
Everton, llevando al equipo azul de Liverpool a disputar la próxima temporada
la Europa League. Y por último podemos hablar del curioso caso de Adnan
Januzaj. De familia albano-kosovar, tuvo que elegir entre nada más y nada menos
que seis selecciones diferentes para ser internacional. Finalmente se decantó
por el país que le vio nacer, Bélgica. El polivalente jugador del Manchester
United mostrará en Brasil su gran repertorio y expondrá las razones por las que
tantos países se peleaban por sus servicios.

Con
estos jugadores la selección belga promete espectáculo, buen fútbol y además
intentar llegar lo más lejos posible en el Mundial. Alcanzar el cuarto puesto
de 1986 será muy complicado, pero lo que está claro es que este combinado no se
lo va a poner nada fácil a quien se enfrente contra ellos. Juventud e ilusión
por hacerlo bien son las grandes cualidades de una Bélgica llamada a hacer un
gran papel durante el próximo mes.

Jesús Gualix