Concluyó el Mundial para la Selección española, y con él
también se da por acabado
el ciclo de mayor éxito del fútbol español, con dos Eurocopas y un Mundial consecutivos que nos hicieron
soñar tras años de batacazos. Pero, como era previsible,
la racha se acabó (antes de lo esperado), y ha llegado el momento de conocer los
errores para intentar resurgir y luchar por nuevos títulos internacionales.

En primer lugar, uno de los factores que han
originado el fracaso en Brasil, ha sido el tratar de evitar una renovación generacional que era necesaria.Debido a
lo dicho, era vital no solo incluir a jugadores jóvenes en la convocatoria sino también en el once inicial, hablo de los De Gea, Koke, Thiago (no
convocado por lesión) o Carvajal entre
otros, con la finalidad de garantizar el 
futuro de la Selección,pero
que por el contrario apenas han contado con oportunidades en el equipo
nacional, debido a la intención
de mantener el bloque que nos llevó
al éxito.
Consecuencia derivada de la intención
de mantener el ‘grupo’, ha sido la convocación de jugadores que han realizado una
campaña más irregular antes que otros con más regularidad, en particular  me refiero al caso Torres-Llorente,
posiblemente el más sangrante de
todos ya que tras la espectacular campaña realizada por el juventino (18 goles entre Serie A y Copa
italiana), su no convocación
es incomprensible.

Además, es obvio que el estilo del ‘Tiki-Taka’
que nos llevó a la gloria necesita una renovación, pasar de un juego horizontal y lento a
uno más vertical, con más importancia de las bandas, y a la hora
de perder la posesión, más intensidad en la presión para una rápida recuperación.

Se acaba un ciclo, pero los jóvenes que vienen por detrás seguro que nos devolverán las alegrías que esta generación
histórica ya nos ha
dado.