OPINIÓN

Tras una nueva semana convulsa en el seno del Real Mallorca, donde la pesadilla de los aficionados bermellones no parece tener final, mañana sábado toca partido, aunque apenas se haya hablado de el.
Un partido vital para la entidad mallorquina, ya que de no conseguir los tres puntos, un nuevo terremoto agitara todos los rincones del maltrecho Club.

El Mallorca es colista de la Liga Adelante tras siete partidos en los cuales no ha conseguido ninguna victoria y tan solo suma dos puntos en sendos empates. El Mallorca de Karpin es el equipo más goleado de Segunda y no parece reaccionar ante las adversidades.
Los pupilos de Karpin anímicamente se vienen abajo cuando las cosas no van bien y no tienen capacidad de reacción y a todo esto muchos jugadores siguen sin dar la talla.
Karpin esta viviendo un auténtico infierno. No encuentra la tecla para que el Malloca funcione y la inestabilidad de la zona noble de Son Moix parece incluso afectarle negativamente.
Si el aspecto deportivo no fuera malo por sí solo, ahora tras la marcha de Dudú Aouate, muchos aficionados se temen lo peor, tras ilusionarse con el ex-jugador bermellón. 
De nuevo Cerdà, Serra Ferrer y Claassen se salen con la suya en su empeño de hundir a un Real Mallorca que es el bufón del fútbol mundial.
Así pues mañana no queda otra que ganar, ganar y ganar para suavizar una nueva crisis que haría tambalear al club rojinegro.

Guillermo Amengual