Llevamos ocho jornadas de Liga BBVA,
lo que no llega ni a la cuarta parte del total del campeonato y ya
han empezado a sucederse las primeras destituciones en los
banquillos, mientras, otros entrenadores parecen estar en la cuerda
floja.
Los resultados no acompañan, ese es el
factor común en todos los casos, aunque cada historia tiene
diferentes circunstancias que les han llevado a esta dura situación,
la de verse colista o en plena pelea para no caer a las posiciones de
descenso.
(Fotografía Albert Ferrer –
Copyright: Francisco González)

El Córdoba ha sido el primer equipo
en destituir al entrenador
, el “Chapi” Ferrer se ha visto
cesado tras lograr, hace apenas cuatro meses, el primer ascenso a la
primera división en los últimos 42 años de la historia del club.
Cierto es que el equipo se encuentra colista, que todavía no sabe lo
que es ganar un partido en primera, que en su juego se hace muy
difícil encontrar aspectos positivos y que seguía sin mostrar una
mejora, pero igual de cierto es que la plantilla ha sufrido un
impactante cambio. Hasta 12 jugadores abandonaron el equipo este
verano, mientras han llegado hasta 16 nuevos jugadores, muchos
cambios para una plantilla inexperta y confeccionada a base de
descartes de otros equipos. Una plantilla a coste 0 en cuestión de
traspasos. Quizá Albert Ferrer se hubiese merecido un poco más
de confianza
o por lo menos haber llegado a comerse el turrón en
tierras andaluzas, confianza que necesitará el nuevo entrenador, un
Miroslav Djukic que parte de cero y que ya sabe del bajo nivel de
paciencia que se respira en la cúpula del club.
Como muchas cosas en la vida, el efecto
domino hace presencia también en el mundo del fútbol y rápidamente
se daba una nueva muestra de falta de confianza, sí, otra vez
va de cuestión de confianza, la que no ha tenido la directiva del
Levante con José Luis Mendilíbar.
El conjunto valenciano se ha
caracterizado en los últimos años por su garra y competitividad,
por ser un equipo muy bien ordenado, siempre concentrado y con una
idea muy clara del juego que querían desarrollar, pero este año y
tras 8 jornadas el equipo no ha acabado de encontrarse.
Mendilíbar, que había llegado este
verano tras la marcha de Joaquín Caparrós al Granada, se ha
identificado siempre con otro tipo de juego, en el que su equipo es
dominador y quiere mantener el balón en su posesión, prefiriendo
gestionar el tiempo atacando antes que defendiendo, aunque con una
plantilla confeccionada para jugar a otra cosa. Ese ha sido el
gran hándicap del entrenador vizcaíno, encontrar un equilibrio
entre sus ideales y la capacidad real de la plantilla
, algo que
se ha reflejado en la gran cantidad de goles encajados, siendo con 20
el equipo más goleado hasta la fecha de la competición. Estos 20
goles encajados (2.5 por partido) son casi la mitad de los que encajó
el equipo la temporada pasada, cuando fue el 6º equipo menos goleado
de todo el campeonato. Paradojas de la vida, el nuevo entrenador es
Lucas Alcaraz, al que destituyeron en Granada para fichar, al
entonces entrenador del Levante, Joaquín Caparrós.
Por fortuna parece que no habrá más
destituciones de inmediato, aunque varios rumores apuntan a un nuevo
míster en el disparadero, un entrenador que hace cosa de un año,
por estas mismas fechas, estaba preparando partidos de Champions
League dirigiendo a la Real Sociedad, que más adelante terminaría
7º en la liga y semifinalista en la Copa del Rey y que ha día de
hoy, tiene a ese mismo equipo en la parte baja de la tabla. Jagoba
Arrasate es ese entrenador que tan bien dirigió al equipo la
temporada pasada y que lo tiene en esta con tan solo 5 puntos
,
habiendo logrado una sola victoria en 8 partidos y sin conseguir una
victoria a domicilio desde el 26 de abril. La plantilla no ha sufrido
grandes cambios, cuatro nuevas incorporaciones por unas otras pocas
más bajas, entre ellas sea dicho las de Griezman y Bravo, dos
jugadores importantes que los echaron en falta de buen principio.
Parece difícil pensar que el equipo va a seguir mucho tiempo en esa
zona de la tabla, lo que está por ver es si el que va seguir mucho
tiempo es Arrasate, un nuevo tropiezo en casa del colista podría
precipitar su destitución.
(Fotografía Ernesto Valverde –
Copyright: Agencia EFE)

Otro que está en horas bajas es el
Athletic Club de Bilbao, casi apeado de la fase de grupos de la UCL y
4º por la cola de la clasificación. Quizá ese haya sido su mayor
problema, el desgaste físico y mental de afrontar dos
competiciones tan exigentes como la Liga BBVA y la Champions League
,
algo que ya hemos visto en el pasado que ha afectado a otros equipos
de una forma similar, aunque en este caso, parece que el entrenador,
sí goza de la confianza por parte de la directiva para revertir esta
situación.
La temporada pasada Ernesto Valverde
logró que su equipo alcanzara un nivel de juego sensacional,
poderoso físicamente, apostando por el talento y siendo eficaces en
ambas áreas, pero esta temporada, pese a pequeños tramos de buen
juego, no le acaban por salir las cosas y terminan por desquiciarse
unos jugadores que están con mucha falta de confianza. Esta
confianza que les falta, no es de esa que se da, no es de la que se
transmite, sino de la que se gana a través de conseguir victorias y
de sentirse realizados y satisfechos con su trabajo. No es que les
falte implicación, excepto de “un mal partido” en competición
europea, el equipo siempre ha dado la cara, aunque falto de
intensidad, algo incuestionablemente necesario para sacar el máximo
partido de un equipo. Es cuestión de confianza y este equipo
que se mantuvo, la temporada pasada, más de 20 jornadas liderando la
“otra liga”, la que empieza tras los Atlético, Madrid y
Barcelona, lo bien seguro que volverá a dar su mejor cara y a pelear
para volver a estar en Europa la próxima temporada.

Quim Pascual Pla