El Ibiza tiene firmado un contrato con el patrocinador italiano que hace un mes y medio que entró en el club por el que se ha comprometido a cederle el 80% de la entidad si esta se convierte en Sociedad Anónima Deportiva (SAD), según ha reconocido el propio presidente del club, Pepe Vidal.
Fútbol Pitiuso
Este acuerdo, que en cierto modo hipoteca el futuro del Ibiza tal y como se le conoce en la actualidad, no ha gustado a algunas de las personas de la isla que hace tres años se animaron a impulsar este equipo con la idea de recuperar el espíritu de ‘Sa Deportiva’. Muchos de esos promotores han empezado a distanciarse del proyecto desde este pasado lunes porque se sienten “engañados”.En la asamblea del pasado lunes, cuyo acta todavía no ha sido validada porque presenta varias irregularidades, se acordó que, llegado el momento, se darían todos los pasos necesarios para que el CD Ibiza pudiera darse de alta como SAD, para lo que necesita estar, como mínimo, en Seguda División B.
Al parecer, ninguno de los directivos que rubricaron el acuerdo de la futura venta del club les había puesto al corriente de la existencia de este documento y su desconocimiento ha creado un profundo malestar y una seria e irreparable división que ya ha dado pie a tres dimisiones de peso, las de José Calderón, Noé Juan y Constantino Larroda. Además, si nada lo remedia todo parece indicar que no serán las últimas.
El desencadente de todo este lío que se ha montado en el club -y que su presidente trata de reconducir a contrarreloj- ha sido el ansia de poder en la toma de decisiones demostrada por las personas en quienes la firma patrocinadora ha delegado su presencia en el CD Ibiza, que poco o nada tienen que ver con el negocio de las gafas de sol y la moda.
Entre estas estaría, según ha podido saber Nou Diari, Alessandro Gaucci, hijo del expresidente del Perugia de la Serie A italiana, club que alcazó fama mundial con la contratación de Al Said Gadafi, vástago del fallecido dictador libio Muamar el Gadafi.
La familia Gaucci salió del Perugia por la puerta de atrás después de casi quince años al frente de la entidad y con “mil causas pendientes”, según recogen diversos medios de comunicación. Eso no frenó a Alessandro, que aprendió rápido y bien a manejarse con soltura en los círculos futbolísticos, y no solo de Italia.
De hecho, en los últimos años ha participado en España en la compra venta frustrada del Córdoba en 2012. Después fue durante casi dos temporadas manáger general del Cádiz en representación de la empresa propietaria de la entidad andaluza, la sociedad Sinergy, radicada en la ciudad inglesa de Bristol.
El italiano y su grupo aterrizaron en el Cádiz en verano de 2012 y su gestión siempre estuvo marcada por la polémica. Desde que fue presentado como mánager general prometió inversiones millonarias que nunca llegaron y dejó una importante deuda en la entidad. Incluso el año pasado, en nombre de unos inversiores desconocidos, negoció la compra de un paquete del accionariado del RCD Mallorca que no llegó a fructificar pero que encendió la luz de alarma en la isla vecina debido a sus antecedentes.
NOUDIARI.