La victoria del Mallorca contra Las Palmas por 3-1 ha disparado la ilusión entre la afición bermellona porque encarrila la permanencia del club, ya que con 34 puntos está prácticamente a solo dos victorias de la cuarta salvación consecutiva. Por eso, ante el Sevilla deben permitirse el lujo de ser valientes para soñar con conseguir la segunda victoria seguida y dar un golpe encima de la mesa para certificar su candidatura a los puestos europeos y alejar a un rival directo que pelea por viajar por el ‘viejo continente’ la siguiente temporada.
El partido de los palmesanos contra los canarios fue de los mejores del año, sobre todo por la gran primera parte. Arrasate optó por alinear su once más ofensivo hasta el momento y dio en la diana. En los primeros 45 minutos marcaron tres goles, algo que no se veía desde 2020. El equipo y el público disfrutó. No solo porque se obtuvo el primer triunfo del año, sino porque jugó de una forma muy entretenida.
Con la recuperación de Samu Costa se abre un cisma en el mediocampo del Mallorca. La entrada del portugués de inicio se da casi por segura, entonces solo hay dos opciones: o hace pareja junto a Omar Mascarell o con Sergi Darder. La primera variable sería la más conservadora, desplazando al banquillo a Robert Navarro o a Asano, los dos futbolistas que agitaron el último encuentro. En cambio, si opta porque su pareja sea el centrocampista artanenc el equipo sería un poco más ofensivo que en el último compromiso liguero.
La situación actual debe ser aprovechada. El técnico vasco hizo hincapié en la «amenaza» que supuso el futbolista japonés para su rival el domingo pasado, una «amenaza» que no debería volver al banquillo ni el otro jugador diferencial en tres cuartos de campo Robert Navarro. Es el momento de ser valiente y de dar continuidad al once y al sistema de juego de la última victoria del Mallorca con cada uno en su posición.