Sobra un portero. El Mallorca tiene cuatro cancerberos en plantilla. Es decir: hay overbooking. Más de tres guardametas son multitud en un equipo de primer nivel y, con la reciente renovación de Pichu Cuéllar, sobra un guardameta que además incluye un condicionante:  su venta tiene que dejar dinero en caja. De esta forma, Dominik Greif, que se salió en la última Copa del Rey del Mallorca, también se cae de la ecuación ya que su fuerza en el mercado es escasa.

Por lo tanto, ya solo quedan dos: Predrag Rajkovic y Leo Román y hay que vender uno. El guardameta serbio que cumple 29 años en octubre, ha aportado regularidad y consistencia a un puesto que antes de su llegada vio pasar a cuatro porteros diferentes. Manolo Reina, Greif, Leo Román y Sergio Rico intentaron consolidarse, pero ninguno convenció. En cambio, desde que Rajkovic debutara en Bilbao nadie le ha discutido su titularidad.

El camino de Leo Román es diferente. El ibicenco tiene 24 años y esta temporada se ha salido en el Real Oviedo. Sus actuaciones lo han elevado al olimpo de los guardametas de la segunda división en una campaña en la que se quedó a las puertas de ascender con el equipo carbayón.

Aparte de las actuaciones de ambos porteros también hay que considerar sus salarios, pues el de Rajkovic es de los más elevados del primer equipo y, en cambio, el de Leo Román es de los más bajos. A ambos les quedan dos años de contrato y atraen miradas tentadoras. El Genoa lo intentó con hasta seis millones y medio por Román y Arabia ofrece diez kilos por Rajko, seis son los que recibiría el equipo bermellón pues su anterior equipo también posee derechos de formación.

Ahora viene la polémica y la discusión que tendrá detractores sea cual sea el cancerbero al que se decida vender, pues solo el tiempo marcará el acierto de una solución que es cuestión de gustos. El Mallorca tiene grandes porteros y, siempre alguien, criticará antes de hora una cuestión que solo los meses inclinará la balanza del acierto o del fallo. Lo único que está claro es que sobra uno. Regularidad o futuro. Sobra un portero.