La generación de nuestros padres y/o abuelos nos contó la final de Copa de Mestalla del 98, la final de la Recopa del 99 contra la Lazio, el título conseguido en Elche en 2003… y ahora nos toca contarlo a nosotros.
La final del 6 de abril puede ser el partido que marque un antes y un después para una generación entera. Muchos mallorquinistas, como la persona que ha escrito esta pieza, llevan toda una vida, literalmente, soñando con esto. Después de 21 años, el Mallorca tiene la oportunidad de volver a ser campeón de la Copa del Rey.
Lo que vamos a vivir en Sevilla va a ser un regalo, independientemente del resultado del encuentro. Porque nosotros ya hemos ganado. Llegar hasta donde hemos llegado, el camino recorrido, la unión entre la afición, la ilusión que se respira, el ambiente y la fiesta que se va a vivir en las horas previas a la final… todo lo mencionado ya significa una victoria para el mallorquinismo.
UN MÉRITO EXCEPCIONAL
Cabe recordar que en el 2003, el Mallorca tenía en su plantilla a jugadores de la talla de Samuel Eto’o, Ariel Ibigaza, Walter Pandiani, Albert Riera y Miquel Àngel Nadal. Esta vez, en cambio, el conjunto bermellón no dispone de futbolistas de tal calidad en su plantel.
Por esta razón, la hazaña lograda tiene más mérito que en ocasiones anteriores. Sin estrellas ni egos, los de Aguirre han conseguido clasificarse a la final del torneo del K.O. Y lo han hecho a base de coraje, corazón, esfuerzo y sacrificio, todo respaldado por el apoyo incondicional de la afición.
Pase lo que pase en La Cartuja, hay que valorar el hito que ha conseguido este grupo de jugadores. En el 2018, figuras como Abdón o Raíllo estaban jugando en polideportivos, y el 6 de abril tendrán la mayor oportunidad de sus vidas para ganar un título.
No pensar en lo cerca que estamos, sino en lo lejos de donde venimos: esta fue la clave para meterse en la final, y es el pensamiento que se debe mantener para poner en valor todo esto. Lo que está claro es que el de 6 de abril los nuestros se dejarán la piel en el césped para conseguir la segunda Copa del Rey. Por Mallorca, por todos los mallorquines y por los que ya no están.