El Real Mallorca pierde en San Mamés por 4-0 y sigue viendo muy cerquita un abismo que marca el Cádiz.
Javier Aguirre apostó por un 5-4-1 con Larin, que peleó en balde, como un islote que solo veía compañía en las escasas ocasiones que el Mallorca pisaba campo rival. Los locales, a pesar de tener también Copa del Rey la semana que viene, no dejaron nada en el tintero y los Williams, Sancet y Galarreta dominaron a los bermellones.
Nada más empezar el partido se pudo ver la intensidad de ambos equipos, que iban al choque como si no tuviesen partido entre semana. En una de esas hizo falta el Real Mallorca, suficiente para que Nico Williams pusiese un gran centro y Yuri, de espaldas a portería y con un gran gesto técnico, voluntario ya no tanto, ponía el 1-0 cuando aún había público llegando a San Mamés. La reacción de los de Aguirre no fue mala, se instalaron durante algunos minutos en campo rival y a través del balón parado dio sensación de peligro. Aún así, el Athletic se sacudió y volvió a pisar el área defendida por Rajković. Ahí llegaría el segundo de los leones, después de que, otra vez, Nico la pusiese al primer palo, Guruzeta prolongase de espuela y le cayese el balón a Yuri, que esta vez con el interior de la pierna diestra, la mandó al ángulo de la meta defendida por un Rajkovic que poco pudo hacer. La más difícil todavía, 2-0 en San Mamés antes del minuto 20’. Con un rival noqueado, el Athletic le bajó las pulsaciones al partido e incluso pudo hacer otro gol con un gran cabezazo de Guruzeta que repelió Rajkovic en lo que bien puede ser la parada de la jornada. El Mallorca prácticamente no se acercó al área rival, solo Antonio, después de una buena jugada, logró tiempo y espacio para disparar, mandando el balón algo por encima del arco. El Athletic no cesó de presionar y le duraba entre poco y nada la pelota al Mallorca, que en una pérdida vio como Figueroa Vázquez, que tenía muchas ganas de pitarlo, le señalaba un incomprensible penalti después de un resbalón de Nico Williams. El VAR, menos mal, aguó la fiesta en la que se había convertido San Mamés. Hasta ahí una primera parte en la que el Mallorca, sin defender mal, se fue a vestuarios dos abajo. Esto es lo que tienen los equipos que pelean por puestos Champions.
Con la desventaja Aguirre pasó a defensa de 4 y Muriqi entró por Copete. El cambio fue incluso contraproducente, porque el Athletic, que salió volando a por el tercer gol, encontró más espacios que en la primera mitad y los de Valverde hicieron mucho daño al Mallorca, que se pasaron los primeros 15’ del segundo tiempo achicando agua. Entraron Nacho Vidal, que debutaba, y Darder, que esta vez sí mejoró al equipo, para ponerle otra cara a los bermellones. Con algo más de balón el Mallorca provocó un córner que a punto estuvo de convertir Dani Rodríguez, que sin marca remató al muñeco en lo que fue una ocasión clarísima. Ni dos minutos pasaron para que el Athletic le pusiese freno al embite mallorquinista, en un contraataque en el que salieron como una jauría el balón le llegó en bandeja a Guruzeta para poner un 3-0 que dejaba sentenciado el encuentro. Tuvo tiempo para más el Athletic, que cuando el partido parecía que avanzaba irremediablemente hacia el final Muniaín le puso la guinda al partido y deja al Mallorca muy tocado.
Enésima decepción a domicilio. La Copa del Rey no tapa el pésimo rendimiento liguero de los de Aguirre, que no da con la tecla para ser competitivo fuera de casa y sigue sin hacerse fuerte en Son Moix, la receta del sufrimiento. Lo siguiente, el partido más ilusionante, que no el más importante, de los últimos años.