La resaca es un síntoma de malestar que nadie quiere padecer, pero aunque no lo parezca, tiene un significado muy importante cuando la tienes: sabes que ha sido una buena noche. No siempre debe ser por ingerir alcohol en exceso, ya que con el paso de los años, nos damos cuenta de que existen diferentes tipos. El RCD Mallorca y su afición, viven a día de hoy una de las mejores resacas que se pueden sentir en esta vida: la de felicidad.

La resaca de felicidad es aquella que, a diferencia de las demás, nos impide olvidar el día de ayer. Ese cosquilleo en las horas previas al choque, sudores fríos recorriendo nuestra espalda y las uñas de las manos pidiéndonos clemencia. Aquellos nervios aumentaban a medida que se iba acercando la hora del encuentro, como cuando tienes una presentación importante o tu madre te llama por tu nombre completo. Lo que no sabían los 500 desplazados, es que gracias a ellos, el RCD Mallorca ya empezaba el choque ganando 0-1, porque no hay nada más bonito en el fútbol que acompañar en las buenas y en las malas al equipo de tu ciudad.

El conjunto bermellón consiguió llevar el partido a su terreno, y todo ello gracias a un reparto que ya es historia del mallorquinismo. Greif fue ‘El Santo’, atajó dos penaltis claves para llevar a su equipo a la final. Raíllo, Copete, Jaume Costa, Valjent y Gio González fueron los ángeles de la guarda, protegieron en cuerpo y alma al equipo hasta llegar a los penaltis. Los arquitectos y destructores que no dejaron respirar al centro del campo txuri-urdín fueron Antonio Sánchez, Samu Costa, Dani Rodríguez, Darder, Mascarell y Morlanes. En el ataque no pudieron brillar, pero Larin, Muriqi y Abdón se convirtieron en la brújula que guío a los mallorquinistas. Y por último, pero no menos importante: ‘El profesor’ Javier Aguirre. El mexicano consiguió ganar la batalla a Imanol Alguacil y puso al RCD Mallorca en la portada de todos los periódicos.

Resacón de felicidad en San Sebastián. La noche de ayer será recordada por todos los bermellones hasta el fin de sus días. Pase lo que pase, el RCD Mallorca y su afición ya ha hecho historia. Hace 21 años estaban en Elche. Hace siete años estaban en la tercera categoría del fútbol español. Y el 6 de abril estarán en La Cartuja, jugando la final de la Copa del Rey.