A principio de temporada el Mallorca sufrió un gran revés cuando Antonio Raíllo se lesionó frente al Villarreal en la segunda jornada. Tanto es así que al equipo le costó horrores competir (y defender) sin el cordobés en el campo y se podría achacar buena parte del déficit de puntos actual del equipo a esta situación.

Raíllo recortó plazos a una velocidad endiablada, y quien sabe si incluso temeraria, para volver a los terrenos de juego cuanto antes. Así las cosas, volvió mucho antes de lo previsto y lo hizo para poner orden en un Mallorca que solo consiguió una victoria (de milagro) en su ausencia. Desde la vuelta del capitán y con él sobre el campo, el Mallorca solo ha perdido en el Bernabéu, en San Mamés y contra el Betis en dos ocasiones. Derrotas más que esperables teniendo en cuenta a los rivales y sus objetivos, lejos quedan aquellos partidos en que el Mallorca mostraba una fragilidad defensiva preocupante contra equipos de media tabla. Hay que tener en cuenta, además, que el Mallorca llega a la semifinal de Copa del Rey gracias a sus buenas actuaciones en Tenerife y en Son Moix ante el Girona, donde si bien acaba expulsado después de protestar un penalti más que dudoso da una exhibición defensiva de 70’ que hay que poner en valor y que hizo llegar al Mallorca hasta ese minuto con la portería a cero.

Sin embargo, parte del mallorquinismo ha dudado durante la última semana porque Raíllo cometió un error que, si bien es cierto que no debe cometer teniendo en cuenta su veteranía, viene precedido por un sinfín de decisiones controvertidas de González Fuertes. Aprovechando la expulsión y recordando expulsiones anteriores se ha abierto una veda en redes sociales que hay que cerrar de inmediato sobre si debería haber un cambio en la capitanía. El brazalete de capitán del Real Mallorca no está en discusión, no existe un debate ni debe existirlo. Raíllo es experiencia, contundencia, orden y liderazgo y no hay nadie más sobre el campo que pueda ejercer esa función mejor que él. Aguirre lo sabe.

El Mallorca tiene en su capitán, que vivió la 2ª División B con el Mallorca a pesar de tener opciones de marcharse, a su jugador más importante. Con Raíllo la vida es más fácil para Valjent y Nastasic, lo es más fácil también para los pivotes, que se ven protegidos y ordenados, y lo es en general para un equipo que sin Raíllo apenas sabe ganar. El cordobés tiene descanso este fin de semana y el martes, de la mano de su liderazgo y buen hacer, el Mallorca y el mallorquinismo tendrá sus opciones de vivir una final.