Los bermellones tratarán de sumar y alejarse un poco más del descenso en Mendizorroza antes de la vuelta de semifinales ante la Real Sociedad el martes en Anoeta. Los de Javier Aguirre cuentan con cierto margen respecto al descenso -seis puntos– pero no pueden confiarse porque el domingo el Cádiz y el Celta juegan una verdadera final por la permanencia en el Nuevo Mirandilla.

El Mallorca juega dos partidos claves en sus aspiraciones esta temporada: primero en Mendizorroza buscando una salvación tranquila y luego en Anoeta para dar la machada y llegar a la final de la Copa del Rey en la Cartuja.

Los de Javier Aguirre se enfrentan a los de Luis García Plaza con solo una baja por lesión, la de Maffeo, que ya ha empezado a hacer rondos con sus compañeros y dos sancionados: Raíllo y Van der Heyden. La primera duda en el once surge al intentar averiguar qué formación presentará en Mendizorroza. Un 5-4-1 o un 5-3-2. Más rocoso o más ofensivo. Apunta más a lo primero.

Y después si hará rotaciones. Ayer el vasco no dio ninguna pista en la rueda de prensa prepartido y afirmó que no está pensando en la Copa, sino solo en el próximo encuentro en liga. No tiró de la manta. Aunque todo hace creer que jugará con un once híbrido, similar al que se verá tres días después en Anoeta con descanso para algunos jugadores importantes como Jaume Costa o Samú Costa.

Por su parte, el Alavés está en la zona tranquila de la clasificación con once puntos más que el descenso y con un enrachado Samu Omorodion, su principal baza en ataque. Los blanquiazules quieren poner más tierra de por medio con la quema y sellar cuanto antes la permanencia.

La última vez que el Mallorca visitó Mendizorroza venció 0-1 con Luis García Plaza en el banquillo bermellón. Y, si el encuentro acaba de la misma forma, se habrá logrado el objetivo: poner mucha tierra con el descenso antes de la ‘final’ para los de Aguirre del martes ante la Real Sociedad en Anoeta.