Sin más balas en la recámara el Mallorca afronta el partido de esta noche a las 21.00 ante el Sevilla como una final en la que solo le vale ganar. Después de ser incapaz de sumar de a tres ante el Cádiz y Alavés en Son Moix, los de Javier Aguirre necesitan una victoria para romper la mala racha de diez partidos consecutivos de LaLiga sin ganar. No hay más balas en la recámara y solo vencer al club hispalense devolverían la tranquilidad a un equipo que está firmando una mala temporada, a pesar de seguir avanzando en la Copa del Rey.

Con la baja confirmada de Vedat Muriqi y los tocados Pablo Maffeo y Cyle Larin a Javier Aguirre solo le queda confiar en el buen momento de Abdón Prats y en los canteranos Javi Llabrés y Daniel Luna para sumar la primera victoria de la temporada en casa. Y, si hoy el Mallorca no gana, firmaría un récord negativo vigente desde hace 40 años porque nunca ha jugado los ocho primeros encuentros de la primera división en su feudo sin conseguir sumar de a tres.

Aunque los bermellones llegan mal al choque, la situación del Sevilla es todavía mucho más preocupante. Con hasta ocho jugadores lesionados y uno sancionado afronta el encuentro con muchos urgencias, pues una derrota de Diego Alonso puede catapultar una ola de decisiones negativas como prescindir de su segundo entrenador esta temporada. 

En un principio Javier Aguirre volverá al sistema de cinco defensas para otorgar a su equipo de más solidez. Sobre todo porque los hispalenses cargan mucho el área con muchos centros. En el anterior encuentro de los andaluces batieron el récord de centros antes del descanso, por eso es primordial ganar la primera acción y estar muy pendiente de las segundas jugadas.

El entrenador mexicano valoró el choque como un partido «de mucha tensión, de fuerza mental, de no equivocarse,  de personalidad», por eso es vital entrar enchufado y acertar, algo en lo que el equipo bermellón todavía no ha mostrado regularidad. Con solo cuatro tantos en casa, necesita marcar para ganar sin más balas en la recámara.